Capítulo 13 - Sam

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EL SENTIDO
Boston, Massachusetts, 2013

11 de Febrero

Caminar en Boston con la música inundando mis oídos y el frío colándose entre el abrigo, los guantes y la bufanda era sin duda una de las cosas que menos hacía pero siempre me gustaba, siento que a veces esto se torna como un monólogo mío explicando mi, cada vez mayor, amor por Boston y me disculpo por ello.

Me detuve en el puesto de café que había en medio del camino a casa, era una tarde fría pero carente de nieve que en cualquier momento no hubiera disfrutado de no ser por Daniel y su desesperada idea de ir a buscarme a la escuela solo para pedirme el auto prestado. A pesar de que mi hermano me agotaba la paciencia no pude negarme a su petición, más que nada porque la clase de filosofía se detuvo por su interrupción.

—No creí que fueras tú cuando te vi de lejos —exclamó feliz Vanessa llegando a mi lado.

Me dió un beso en la mejilla y se colgó de mi brazo.

»¡Siento que han pasado años desde que no te veo! —añadió.

—Nos hemos cruzado por la ciudad —le corregí con una pequeña sonrisa amigable.

Aproveché el momento en que el chico que atendía me cobraba el café para deshacer el contacto.

—Lo sé pero siempre que nos vemos encuentras la manera de irte, no es como se debe tratar a los amigos —se cruzó de brazos— aunque así eres tú no te mataría ser un poco más amable conmigo.

—Inexpresivo y distante, fueron algunas de tus quejas al terminar.

Soltó un risita nerviosa.

—Deberías olvidar eso, ya te he dicho que no lo dije en verdad —defendió haciendo un infantil puchero.

Creo que esa era una de las cosas que me gustó de ella, Vanessa solía ser algo engreída y superficial cuando estaba con sus amigas pero cuando se dió la oportunidad de conocerla descubrí a otro tipo de persona —no dejaba su tendencia Barbie, como decían Kiera y mamá— pero también era amable, inteligente, divertida y bonita.

No me enamoré de ella pero disfrutaba de su compañía la mayor parte del tiempo, claro que las cosas se arruinaron cuando entendí que su primer acercamiento solo fue por intentar algo con el chico lindo, con el hermano menor de Daniel Hale, al que ninguna chica lograba acercarse; en ese punto teníamos los días contados y fue Vanessa quien decidió acabar con lo que teníamos de manera contundente y algunas palabras que estuvieron de más.

Ella insistió en ser amigos, yo no tenía sentimientos que lo impidieran y lo permití sin saber que significaban muchas insinuaciones a retomar esa relación aún cuando ya había pasado más de un año del fin.

—Se dice que bueno superar pero no olvidar —me encogí de hombros.

—Quien sabe, Sam, de pronto vuelves a sentir lo que sentías por mí —rió—. En fin, es grandioso encontrarte, ya había pensado en escribirte aunque creyeras que era una pesada.

—¿Ha pasado algo? —bebí un sorbo de mi café.

En casa me esperaba una tarde completa de lectura y soledad, cosa que sonaba mejor que seguir con aquella conversación.

Solo deja que te toque © [EN PROCESO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora