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Capitulo 8 - Sam

NO HAY FORMA CORRECTA DE DECIRLO
Boston, Massachusetts, 2012

22 de Diciembre

El embarazo de Kiera la había vuelto glotona, no solo a ella pues Daniel tampoco dejaba de comer.

Esa era una de las razones por las que estaba un sábado en la noche esperando por una pizza en lugar de ver en vivo el último capítulo de la serie que tanto esperé.

A Kiera se le había antojado comer una pizza de salchichones, ajo y extra mozzarella acompañado de jugo de fresas pero no de caja, sino el que vendían en el centro de la ciudad y que Daniel fue a buscar.

-En diez minutos esta listo -indicó el cajero devolviéndome mi tarjeta.

-Gracias.

El local estaba lleno así que no pude sentarme en ninguna mesa, caminé al baño solo para hacer tiempo. Había dos chicos riendo fuertemente y traté de ignorarlos mientras lavaba mis manos pero no pude evitar escuchar parte de su conversación.

-...te lo juro, me hice el loco y se la creyó todo -explicó uno de ellos.

-¡Grande! Para futuras referencias no te beses con Sandra en el estacionamiento, Cristian -rieron.

-Desvié el tema cuando pude y le pregunté si quería ser mi novia -volvió a reír-. Me dijo algo como hoy diré que no pero vuelve a preguntar -bufó imitando una voz más aguda.

Los otros rieron aunque no entendía que parte de ser patanes les daba tanta risa.

Tomé toallas de papel antes de salir, esos chicos eran una de la razones por las que no me gustaban las personas en general.

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24 de Diciembre

-Gracias por no dejar que yo sola los tenga que aguantar -suspiró dramática Hope.

-No tenía nada más que hacer -me encogí de hombros.

Rodó los ojos y se rió de mí.

-A mí no me engañas, S, sé que aceptaste para pasar tiempo conmigo -me dió un pequeño guiño.

Avanzó por el pasillo de los sombreros, no tenía ni idea de porque estábamos en esa tienda ya que nosotros solo seguíamos a Audrey y Andy o "A al cuadrado", como Hope quería que les llamaremos de ahora en más.

-¿Te gusta este para Feith? -me preguntó alzando una boina morada con un broche de corazón en frente.

Sinceramente, era muy fea y, por lo que llevaba de conocer a Feith, no se guardaría ningún comentario.

-Para nada -hice una mueca tratando de ser sincero.

Me sacó el dedo medio y continuó viendo los diseños del escaparate.

-Nunca sé que regalarle. Ella vive quejándose de mi mal gusto y es demasiado criticona con los regalos que le dan, si no está contenta nos hará imposible la cena de Navidad.

Hope se inclinaba por sombreros raros, extravagantes y graciosos en lugar de fijarse en los que, mi mamá y Daniel, llaman de alta costura.

-Mi hermano se pondría este -le tiré una gorra negra con decoraciones vintage-, Kiera compra boinas de este estilo -dejé en sus manos una que se parecía a las que mi tía me mandaba a llevar a la lavandería- y puedes comprarle una bufanda que le combine.