Capítulo 9 - Sam

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QUIEN FUE, ES Y SIEMPRE SERÁ
Múnich, Baviera, Alemania

21 de agosto

Cuando Hope decidió irse, entendí ella que necesitaba estar con quienes la amaban, yo la amaba, demasiado, pero ella no era completamente feliz; No con los problemas y con todos los secretos que arruinaron la relación con su madre y Feith. Con el tiempo me convencí de que lejos de ellas, Hope podría ser feliz.

 En el fondo quería que no lo fuera, porque ese sería el único síntoma de que lo nuestro fue real, que tuvimos algo lo suficientemente increíble como para notar que hace falta y querer recuperarlo. Sí, estaba orgulloso de que ella se hubiera elegido, pero eso no quitaba que yo no elegí perderla, yo amaba a Hope, estaba loca y perdidamente enamorado de ella, y estaba asustado por ello. La vida después de ella, en su mayoría, se sentía cotidiana, y en esto tenía que darle la razón a Hiro, por un largo tiempo estuve ensimismado en mi carrera y era todo lo que interesaba. Pero no era porque me negara a seguir viviendo o a ser feliz, tan solo... se sentía como que todo después de Hope, de lo que habíamos vivido, era lo segundo mejor.

Ese fue el día en que no la amé, cuando comprendí que nada superaría lo que me hizo sentir. Dolía mucho, saber que aunque amara a otra persona, Hope siempre ocuparía el primer lugar. 

No quería que lo que tanto significaba para mí, fuera desechable, me odie a mí mismo por desear aquello. 

¿Qué cosa tan mala pudo haber pasado para que intentara suicidarse? No tenía sentido, por lo que he visto de su relación con Amanda y Diego, los ama, el pequeño Ashton siempre la hace sonreír y en más de una oportunidad vi como abraza con fuerza a Oliver solo al saludarlo. Su papá falleció, pudo haber sido eso, era su persona favorita en el mundo, no me imagino que haría yo si perdiera a mi madre. ¿Sería eso? Estaba claro que Hiro no me daría más respuestas, ni siquiera quería pedírselas, necesitaba hablar con Hope directamente. 

Nunca imaginé que pasaría si volvía a verla, tampoco intenté buscarla, yo acepté su decisión porque muy en el fondo sabía que el destino no podía ser tan cruel, pero había estado a punto de perderla definitivamente dos veces y saberlo era el dolor más grande que había experimentado jamás. 

Dos golpes en la puerta de mi consultorio me llevaron a la realidad. Guardé mi viejo diario en el cajón del escritorio y sequé la humedad de mis ojos antes de autorizar la entrada. Pensé que se trataba de Martín o Miha, no esperaba que Diego fuera a buscarme.

—¿Interrumpo algo? —preguntó.

—No, nada —aseguré aclarando mi garganta—. ¿Sucede algo?

—Pues Travis está a nada de volverse loco porque los niños ya llegaron y ni Miha, Martin o tú están para comenzar las revisiones de rutina, por lo que me ofrecí a venir a avisarte, al parecer no contestas tu localizador —sonrió.

Maldije en voz baja. Estiré mi mano hasta mi bata colgada en el perchero y saqué el pequeño aparato.

—Está apagado, no lo noté —me disculpé—. Estaré allí en diez minutos, debo terminar un expediente.

—Claro, no te apures, ver a Travis en crisis es divertido. Tu hermano estuvo aquí, pero salió con Hiro a comer y Ashton me pidió que te mande saludos.

—¿Cómo sigue?

—Estable, su ánimo está mucho mejor lo que ayuda, está contando los días para ver a Hope.

—¿Amanda y él volverán?

—¿Hiro no te lo dijo? En cuanto se dé la inauguración oficial de las actividades de la fundación nos marcharemos, hay un equipo de primera para dirigir la rama alemana de la fundación Williams y trabajarán de la mano de Travis en las siguientes fases de su proyecto. Nos iremos definitivamente en dos semanas, luego de la gala de inauguración, aún no entregamos las invitaciones, pero no te lo puedes perder, aprovecharemos en anunciar la nueva beca de investigación de la fundación.

Solo deja que te toque © [EN PROCESO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora