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Capítulo 23 - Sam

SOLUCIONES
Boston, Massachusetts, 2013

4 de Julio

H: Estoy a nada de subir al avión.

S: Que tengas un buen viaje.

H: ¿Podemos hablar?

S: Estoy ocupado.

H: Lo entiendo, ¿hablamos luego?

S: Claro.

|=|

—¿Ha estado con esa cara todo el día? —preguntó Audrey al abrirnos la puerta.

—No eres tú quien lo va tenido que soportar —respondió Ander, sin evitar, rodar los ojos.

Los ignoré antes de tomar asiento en la barra dela cocina y comenzar a revisar mi teléfono, por la hora faltaba un poco para que James llegara.

—Lo peor es que se sabe comportar con todos menos conmigo —insistió Ander.

—Si lo piensas es tierno que se haya enojado por lo del aeropuerto —rió la rubia. Se sentó a mi lado y paso un brazo por mis hombros solo por ser más fastidiosa—, te comprendemos, Sammy, hasta Feith dijo que  And era su novio.

Bufé apartándola sin ser brusco.

—¡Ya les dije que no estoy molesto!

—Lo pareces, Sammy.

—Hope y yo somos amigos, nada más.

—Estarías en todo tu derecho de enojarte, a mí me habría dolido que Feith me presentará a sus abuelos como su amigo a pesar de que no éramos nada oficial —añadió comillas a la última palabra.

—Dejen de joder —supliqué.

Cambié mi lugar en la barra por un el sofá dónde acariciaba la cabeza de la cachorra soberiana de Audrey —probablemente el único ser vivo del apartamento al que no tenía ganas de matar.

No estaba enojado, no lo estaba, solo un poco decepcionado y vuelto a la realidad pero no enojado, no tenía porqué. Mi situación sentimental con Hope era clara, ambos nos queríamos y ambos habíamos acordado que hablaríamos de ser novios al final del verano; por eso, al decir que éramos amigos en el aeropuerto no mintió.

Ese era el análisis del Sam que poca veces se dejaba llevar solo por sus sentimientos pero ahora, estos, me dominaban un poco más.

Y por ello no respondí los mensajes de Hope como, habitualmente, solía hacer y fui malo con Ander todo el día.

Luego le pediría disculpas.

El timbre sonó causando un silencio total de pronto.

—Es él —pronunció Audrey a la vez que nos daba una sonrisa nerviosa.

—Todo estará bien —prometí.

—Lo sé —sonrió casi temblando.

Audrey camino lentamente para abrir la puerta, efectivamente era James, pero no estaba solo.

—¿Hiro?