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Capítulo 16 - Hope

EL CAMINO
Manhattan, Nueva York

11 de septiembre

No solía tener un buen horario de sueño, pero Sam era muy estricto con su loco horario adaptado a sus turnos en el hospital y no sabía dormir hasta tarde ni en sus días libres, por eso había salido a correr a penas, su alarma sonó. Dijo que tardaría cerca de una hora, tiempo suficiente para que tomara una ducha y pidiera el desayuno.

Hiro y Amanda se habían quedado con Ashton en el hospital la noche anterior, por lo que decidí pasar la noche con Sam en su hotel. Más tarde iríamos a ver los departamentos que Hugo había encontrado para ellos, cuando Miha tuviera un rato libre.

Diego
¿Cómo va tu luna de miel?
8:34 a.m.

Hope
No es una luna de miel.
8:34 a.m.

Hope
Amo tener a Sam conmigo,
pude dormir muy bien hoy.
Sin secretos, sin mentiras,
solo nosotros y lo que sentimos
8:36 a.m.

Diego
Ha comenzado una nueva
época donde somos felices al
mismo tiempo, cariño. Oliver
me hizo el amor hasta qué mis
piernas temblaron y no dejaba
de repetirme que me amaba.
8:37 a.m.

Hope
Diego, no quiero saber esas cosas.
8:38 a.m.

Diego
Te estoy contando algo que me
hace muy feliz y no eres capaz
de apoyarme.
8:38 a.m.

Hope
Los amigos hablan de sexo,
los hermanos no. No quiero
imágenes en mi cabeza de ti
y Oliver en la cama.
PUAJ. Asco.
8:39 a.m.

Diego
Ya que quieres hablar de otra
cosa, iré a la oficina para cuadrar
unas cosas en la financiación
de tu nuevo proyecto.
8:40 a.m.

Hope
¿Quieres que vaya? Hoy solo
planeaba ir con Sam a ver el
departamento que alquilará y
pasear por la ciudad.
8:40 a.m.

Diego
No te necesito aquí, tengo a mí
esposo.
8:41 a.m.

Hope
Ahora que lo pienso, necesitas
pasar tiempo con el hermano de
Sam y su esposo, Daniel y Thomas
son peores que ustedes.
8:42 a.m.

Diego
Ajá. ¿Te llamo luego, sí? Oliver quiere
que me cambie rápido. Besitos.
8:43 a.m.

Hope
Besos, cariño.
8:43 a.m.

Puse a cargar mi teléfono en la mesa de noche antes de ir hacia el armario, había dejado un poco de ropa a pedido de Sam y pronto tendría que ir a comprar más. El cambio en mi alimentación estaba haciendo algo de efecto, ya no se me marcaban tanto las costillas ni las clavículas, debía haber ganado alrededor de un kilo, pero algo era algo. Con las vitaminas y las tabletas de hierro, Miha me había explicado que llegaría a mi peso normal en poco tiempo.

Cuando no debía trabajar en la oficina, mis prendas favoritas eran unos jeans sueltos y un suéter, eran mi combinación preferida, además, el otoño ya comenzaba a cambiar el clima. Estaba buscando mis zapatillas con la mirada cuando Sam entró a la habitación.

Tenía algunos mechones de cabello pegados a la frente por el sudor, se había soltado el cabello de la media trenza que le hice cuando despertamos.

—Buenos días, bonita —dijo Sam acercándose a darme un beso en la frente.

—¿Fue buena la caminata? —pregunté.

—Sí, calcule cuanto demoraría en llegar al hospital corriendo de los edificios que selecciono Hugo, todos están bastante cerca, pero he tenido a Hiro en el teléfono dándome una charla de porque Lenox Hill es el mejor barrio del lado este de Manhattan.