A MI LADO
Múnich, Baviera, Alemania13 de agosto, 2025
Manejé con sumo cuidado hasta la dirección que Miha me había enviado mientras salía del estacionamiento del hospital. Estaba... alterado, pero no permitiría que mis sentidos me traicionaran.
Eran muchas ideas explotando en mi cabeza.
Hope. Ashton. Mentiras. Secretos... tantos secretos.
Me sorprendí al detenerme a solo diez calles de mi edificio con el GPS indicando que había llegado a mi destino.
Todo el último año, todos esos meses, ¿Hope había vivido tan cerca de mí?, ¿había estado tan cerca de...?
Dolía, cada vez que pensé en Hope en los últimos once años dolió de manera inimaginable, pero verla... haberla tocado de nuevo... eso fue caer en mi infierno personal.
Saqué las llaves del contacto antes de salir de mi auto y cruzar la puerta de cristal del edificio. En la recepción había un curioso cartel avisando que era la hora de refrigerio del portero, razón por la que nadie me detuvo de llegar hasta el ascensor.
Busqué el departamento 2A en cuanto las puertas de metal se abrieron en el cuarto piso. Presioné el timbre sintiendo corrientes eléctricas pasar por mis dedos.
Algunas voces se oyeron del otro lado, pero se detuvieron en cuanto la sonrisa de Ashton apareció abriendo la puerta.
—Hola, doctor Hale —dijo al reconocerme.
—Hola, Ashton.
—¿Ash, cuando será el día en que me hagas caso? Te dije que no abrieras la puerta —le gritó Diego, llegando hasta nosotros con la camiseta a medio poner y la cabellera húmeda, parecía que acababa de salir de la ducha.
—Es el doctor amigo de Miha, Diego, no pasa nada —aseguró con una sonrisa que hacía que sus ojos azules se hicieran pequeños.
Diego soltó un bufido y le jaló la oreja de forma juguetona, haciendo que Ashton estalló en carcajadas.
—Vete a tu habitación y termina de recoger tu desastre —ordenó el rubio mayor.
—No seas tan mandón —bufó el pequeño antes de obedecer.
Fijé mi mirada en él. Estaba tan concentrado, que no reparé en como Diego examinaba cada detalle de mi persona.
—Eh, yo busco a Hope —dije con un tartamudeo impropio de mí.
¿Por qué estaba nervioso?
—Quise conocerte por muchos años, Sam Hale, es divertido hacerlo ahora. Me gustaría invitarte a pasar, pero estoy por salir con Ashton y Hope está en el trabajo hasta la noche, hoy es mi turno de cuidar al pequeño diablo porque nadie quiso cambiar de tareas conmigo.
—Es muy importante que hable con ella...
—Deberías hablar con Hiro antes —me interrumpió, cambiando su expresión informal por una más seria—. Agradecería si me relevas de la tarea de ir por él al aeropuerto, ya de por sí me espera un largo camino hasta Augsburgo.
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Solo deja que te toque © [EN PROCESO]
RomanceCuando dos personas están destinadas a estar juntas no importa el tiempo que pase, ni las nuevas personas que lleguen porque, al final del camino, volverán a encontrarse y nunca más se dejarán ir. Así podemos hablar de la historia de Hope y Sam, bu...