NO FUE MI INTENCIÓN
Boston, Massachusetts, 201216 de noviembre
Amarré mi cabello con la liga que Audrey me había dado y limpié como pude los restos de salsa que había derramado sobre parte de mi blusa.
Dios, durante toda la comida Audrey no había dejado de darme miradas sugerentes y soltar comentarios pícaros.
Cuando volví a la mesa ni Sam ni Andy estaban cerca y Audrey y Feith recogían sus cosas.
—¿Cuánto le debemos? —preguntó Audrey a la mujer que atendía.
—No se preocupen, Sam pagó todo antes de irse —sonrió dulcemente— y me pidió que les diera esto —dejó tres bolsas de papel en la mesa y se devolvió a la cocina no sin antes darnos una sonrisa cálida.
Nos pusimos los abrigos antes de salir a la calle.
—Pregunta, Hope —me incitó Feith aguantándose una carcajada.
—Sabemos que morirás si no preguntas —rio Audrey.
—No sé de qué hablan —mentí y rodé los ojos.
—¡Vamos! Mueres por preguntar por qué Sam y Andy se fueron.
—En verdad no sé qué dicen —bufé.
Audrey y Feith rieron sonoramente.
—Te lo diré solo por qué soy muy generosa —Audrey pasó su brazo por mis hombros—, alguien llamó a Andy con urgencia y se fueron sin decir nada más pero se disculparon.
—Que bien por ellos, no me causo un gran interés —volví a mentir.
—Como tú digas, Hope —ironizó Feith adelantándose.
|×|
18 de noviembre
Le di una última leída a mi ensayo antes de mandarlo por correo electrónico al profesor y poder gritar que había acabado con las tareas.
—¡Terminé! —exclamé entrando al cuarto de mi mamá.
Ella estaba peinando su cabello mientras veía televisión tranquilamente.
—Lo entendí, Hope, puedes ir a la casa de Audrey —rodó los ojos.
Me acerqué a ella y le dí un beso en la mejilla antes de bajar corriendo las escaleras, salir del apartamento y tomar el ascensor hasta el segundo piso.
—Nunca había terminado tan rápido una tarea de Ética en mi vida —reí tomando la bebida que me había ofrecido.
—Agradezco tanto no tener esa clase—dijo Audrey, aliviada.
Nos sentamos en el balcón de su sala.
»¿Convenciste a tu mamá de dejarte tener tus horas libres?
—No, dice que la universidad no se impresionará de mí por cuántas horas vacías tuve en cada semestre —bufé recordando nuestra última pelea.
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Solo deja que te toque © [EN PROCESO]
RomanceCuando dos personas están destinadas a estar juntas no importa el tiempo que pase, ni las nuevas personas que lleguen porque, al final del camino, volverán a encontrarse y nunca más se dejarán ir. Así podemos hablar de la historia de Hope y Sam, bu...