Capítulo 16 - Hope

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LA PALABRA DE LA QUE HUYO
Boston, Massachusetts, 2013

29 de Marzo

A penas llegué de la escuela me encerré en mi cuarto —pero pude ver la mochila de Feith en el sofá por lo que seguro estaba en el parque paseando a nuestro perro—, como lo había hecho desde el miércoles que mamá volvió de Nueva York; en esos tres días no habíamos cruzado palabra y, aunque por la hora era obvio que aún no volvía del trabajo, mi berrinche era hacerle saber que mientras esa puerta estuviera completamente cerrada no obtendría mucho de mí.

A pesar de la gran decepción que me habían dado mis padres, Feith había dejado en claro que no podía echarme a llorar.

Debíamos mostrarles nuestro enojo con silencio.

Me cambié la ropa del colegio por un buzo de chandal negro y una polera azul de Sam que llevaba semanas conmigo. Recordé que Kiera me pidió acompañarla al centro así que cogí un gorro que también eea de Sam, él lo había olvidado antes de irse de viaje con su curso.

Salí a mi balcón y lancé la pelota de tenis al balcón de al lado, la hermana de Andy salió de inmediato a poner el sillón cerca de la pared y el mediano muro que nos separaba.

De mi lado había una maceta, pise con cuidado para cruzar completamente.

—Gracias de nuevo —le sonreí a la niña de once años antes de abrazarla.

—Cuando quieras, Hope —dijo efusiva.

Me despedí antes de tomar el ascensor hasta el estacionamiento, Kiera me había mandado un mensaje diciendo que me esperaba en el auto de Sam.

—Allí estás, cariño —saludó dando un beso rápido en la mejilla— ¿Te molesta conducir? —preguntó enseñando las llaves.

—No, solo dime a dónde quieres ir.

—Solo quería escapar del apartamento y de Daniel, tiene exámenes así que él y Patrick están arriba estudiando pero me tienen loca —rió mientras abrochaba el cinturón de seguridad.

—Creo que hay un mercado en la tercera con Heighs.

—Me gusta, a ver si compramos algo para cocinarle a los chicos.

Nos quedamos en silencio pero no era incómodo para nada, no era la primera vez que estábamos solas y Kiera siempre era de lo más amable conmigo aunque, me había percatado, que no me gustaba quedarse sin hablar por mucho tiempo.

—¿Has hablado con Sam hoy? Me escribió un triste hola en la mañana y luego me recordó que no tomará café.

—Pues en las mañanas me llama cuando estoy de camino a la escuela pero solo hablamos de cosas rápidas y por las noches me cuenta de su día mientras yo le cuento del mío —dije algo apenada.

Hablar de mi relación con Sam no me apenaba en lo absoluto, pero todo se escuchaba idóneo cuando oía mis propias palabras que resultaba algo irreal en momentos.

—Se hacen bien, al menos se que le haces bien a mi sobrino —suspiró y me puso un mano en el hombro en señal de aprobación—, él solía ser muy cerrado con sus sentimientos pero ahora se esfuerza en no serlo.

Le di una sonrisa gigante pero no respondí, me concentré en estacionarme correctamente y luego corrí a ayudar a Kiera a bajar del auto.

—No sé porque tu hermana dice que conduces mal.

—No lo hacía muy bien antes —reí—, pero Sam me estuvo dando lecciones.

—¿Entonces ya ganaron el campeonato o la serie mundial? —preguntó sin ninguna vergüenza— ¿Usa condón? Siempre usa condón, sin condón no hay diversión ese es mi lema —dijo solemne enganchado mi brazo con el de ella y comenzando a caminar hacia el mercado.

Solo deja que te toque © [EN PROCESO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora