Capitulo 6 - Hope

769 111 14
                                    

BUENAS INTENCIONES
Boston, Massachusetts, 2012

2 de Diciembre

Busqué con la mirada una Jeep estacionada fuera del edificio pero no había ningún auto extraño.

Saqué mi teléfono para llamarlo, Cristian había dicho que estaba esperándome.

Alguien tapó mis ojos y no pude evitar sonreír.

—Hola, extraña —saludó en mi oído.

—¡Cris! —exclamé.

Me quitó la manos de los ojos y me di media vuelta quedando frente a frente.

—Te he echado de menos, extraño —murmuró abrazándome.

—Yo también te he extrañado —le correspondi el abrazo.

Había pasado un poco más de un mes que no le veía, las últimas veces que fui de visita él estaba muy ocupado o no estaba.

—Me alegra que ya no estemos mal, no me gusta cuando peleamos, Hope.

—A mi tampoco.

Llevaba años de conocer a Cristian, trabajaba con mi tío e íbamos a la misma escuela, pero nuestro primer acercamiento no fue hasta inicios de ese año cuando me escuchó hablando con Nora, una de mis antiguas mejores amigas, sobre cuanto me gustaba él desde siempre. Después de eso, Cristian era mucho más atento y detallista conmigo y me gustaba casa vez más, demoró un mes en decirme que también le gustaba.

Asumí que me pediría que fuera su novia pero no lo pregunto, ni ese día ni meses después.

—No debes mentir, Hope, no es bueno para la confianza que debemos tener —me reprochó.

—Fuera un mentira pequeña, Cristian, no es para tanto.

Me encogí de hombros.

Nuestras veinte últimas peleas —no exageraba, desde esa omisión todo lo que habíamos hecho era discutir— no podían justificadas por eso, Cristian estaba agrando un problema donde no había y teoría de que él trataba de alejarme era más precisa casa vez pero me negaba a creerlo.

»No me vas a decir que tú nunca mientes —rodé los ojos.

Dió un paso hacia atrás.

—Juro que no te entiendo, Hope, pensé que estabas lista para disculparte y por eso vine...

—Ya me disculpé pero sigues sacando el tema —reclamé.

Comenzaba a enojarme.

—Pues deberías —bufó frunciendo el ceño.

—¿Otra vez? Es que soy yo la que no entiende. ¿Viniste solo a pelear?  —se quedó callado— Dios —reí sarcástica—. Deberías irte, Cristian, háblame cuando se te pase esta actitud de mierda.

Rodó los ojos y bufó molesto.

—¡Me iré! —exclamó.

Solo deja que te toque © [EN PROCESO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora