SIN UN ADIÓS
Múnich, Baviera, Alemania26 de agosto
Su mano, que aún tomaba la mía, temblaba y con la otra movía sus dedos velozmente... los contaba, una y otra vez, mientras hablaba. Daniel comenzó a hacer algo similar luego de la muerte de Ame, ayudaba con la ansiedad.
—No es necesario que...
—Mentí —dijo—. Con mi padre, fui feliz por muy poco tiempo, al menos antes de que muriera. No era solo amor por lo que me quería con él.
»Mi abuelo condenaba las acciones de mi madre, así que me lo dio todo antes de que el alzhéimer lo hiciera incapaz de tomar sus decisiones, pero como aún no cumplía la mayoría de edad, mi padre era el encargado de administrarlo y, ¿recuerdas que supuestamente tenía otro hijo?, era cierto, pero luego de casarse con Amanda puso a mi nombre todas sus posesiones para que la mujer esa con la que se lío no pudiera reclamarle nada y nunca supe ni pregunte al respecto, no entraba en la lista de cosas que me quitaban el sueño. No tenía ni idea, ni me importaba, por ese tiempo estaba ebria la mitad del tiempo y ya lo había decepcionado lo suficiente como para no ser más su linda Hope —atinó a tallar sus ojos cuando estos amenazaban con llorar—. Eso siguió por un tiempo hasta que Amanda decidió que lo mejor para mí y para Ashton era tenerlo lejos y el precio que puso mi padre para dejarnos fue un poder para administrar todo lo que estaba a mi nombre y la empresa de Amanda. Se lo dimos y tuvo el control total hasta que murió.
»Yo no fui buena con Amanda a pesar de que me daba su apoyo incondicional, Diego intentaba cuidar de mí, pero estaba lidiando sus propias batallas personales y por un tiempo fingí estar perfecta delante de Hiro. Luego ya no pude fingir y... quise renunciar, morir era la salida fácil al odio de mi madre y al de Feith y adormecerme con vodka o hierba era un descanso a la culpa y dolor que llevaba dentro.
Sus ojos estaban empañados, más se negaba a llorar.
Escuché atentamente todo lo que tenía por decir. Hope intentó no entrar en detalles, pero aun así dolía escuchar lo que tuvo que afrontar y yo solo podía hacerme una pregunta: ¿Por qué? ¿Por qué el universo se esforzaba en dañar tanto a la única persona por la que yo hubiera dado mi vida con tal de poder protegerla?
Hope cerró los ojos, esperando una respuesta de mi parte ante lo que acababa de contar. Alcé mi mano y acuné su mejilla derecha.
—Debes pensar que soy...
—Estoy aquí, bonita —la interrumpí, jalé de ella para poder envolverla con mis brazos.
No tenía ni idea de cuál era la respuesta adecuada ante una confesión como aquella, quería que sintiera que estaba con ella, que la apoyaba, que la... que intentaba entenderla, pero la verdad es que no podía hacerlo.
Solo podía permanecer a su lado y dejar que sacará todo lo que la afligía.
Si íbamos a tener nuestro para siempre, la honestidad era la mejor forma de comenzar.
Quería hacerle preguntas, saber cómo es que estuvo en contacto con Daniel, si es que alguna vez pensó en llamarme; también había cosas que no quedaron claras, ¿cómo es que su padre pasó de pelear por ella a tratarla como un bien de cambio?
—Era un poco egoísta, S, pero muchas veces deseé que estuvieras conmigo.
Me contuve de decirle que si ella hubiera llamado, yo habría aparecido al otro lado de la puerta, si ella me hubiera pedido buscarla, lo hubiera hecho.
Tuve dudas en cuanto volvimos a encontrarnos, pero Hope era el amor de mi vida y era muy estúpido de mi parte, siquiera intentar negarlo. Nunca habría sido completamente feliz si ella no volvía a mi vida.
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Solo deja que te toque © [EN PROCESO]
RomanceCuando dos personas están destinadas a estar juntas no importa el tiempo que pase, ni las nuevas personas que lleguen porque, al final del camino, volverán a encontrarse y nunca más se dejarán ir. Así podemos hablar de la historia de Hope y Sam, bu...