Capitulo 4 - Sam

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SENTIRME
Boston, Massachusetts, 2012

28 de Noviembre

Los días de escuela resultaban extremadamente largos aunque me hubiera aburrido mucho si no eran así. Después de clases solía ir a almorzar al restaurante cerca de la escuela si debía volver por la tarde pero cuando no, buscaba algo apetecible en Yelp.

Andy: Pide dos hamburguesas más que muero de hambre!!!!!

—Me da dos ensaladas cocidas, dos botellas de agua y cuatro hamburguesas grandes con queso —añadí leyendo mi celular.

—Ve...veinte dólares —tartamudeó la cajera mirándome muy fijamente.

Fruncí el ceño extrañado por su comportamiento y le di el dinero para que confirmara mi pedido.

Me senté en una mesa lejana de la puerta porque, aunque amaba el frío de Boston, no tenía el abrigo puesto y una neumonía no era parte de mis planes a corto plazo, además, las mesas cercanas estaban vacías y nadie hacia bulla con torpes conversaciones.

Saqué mi libro de teoría del socialismo, debía hacer un ensayo y me faltaban algunos argumentos para que fuera correcto.

—Hola, Sammy —saludó una voz dulce.

Alcé la vista para ver de quién se trataba y rezando que no fuera la linda novia de Andy.

—¿Qué tal, Feith? —respondí el saludo.

Quité mi maleta de la silla para que pudiera sentarse.

—Me la encontré a la salida de la escuela vagando sin saber dónde comer y decidí adoptarla. Tengo hambre pero no me comeré tres hamburguesas, solo dos porque cuido mi figura —explicó Andy, tomó la boleta del pedido y se marchó a buscarlo.

—¿Por qué no te he visto en Lincoln High si estudias allí?

Feith señaló la insignia de mi maleta.

—Así como tú estás en el edificio de arte junto a Andy, mi salón está en el edificio de letras —le expliqué—. Aún así estamos cerca.

—Amo las clases especiales pero es un lío de entender —rodó los ojos—, Hope hizo el examen para letras pero mi papá quería que fuera a ciencias...

El sonido de su teléfono, una canción de rock en español para ser exactos, la interrumpió.

»Lo siento —se disculpó mientras tiraba todo lo que había en su bolso a la mesa para poder coger el celular.

Traté de concentrarme de vuelta en mi lectura pero fue un poco difícil en cuanto mencionó con quién hablaba.

»Estoy almorzando con unos amigos, Hope... No, no volveré rápido... No, no te llevaré helado... Porque mamá me regañó la última vez que te compré los dos litros de helado de fresa solo porque tu libro te hizo llorar... —vi de reojo como rodaba los ojos un poco irritada— ¿Llorarás por qué no te lleve helado? —le preguntó.

Reí al imaginar a Hope haciendo un puchero y obligándose a llorar.

»Eres mi hermana, Hope, y parte de mi objetivo de vida es hacer la tuya difícil y bajar tu ego. Pero también debo encargarme de que te valores cuando esa autoestima tuya falla —dijo claramente y muy seria.

Le presté toda mi atención, no era correcto pero no podía dejar de pensar en cada palabra. Alcé la vista excusándome en que Andy volvía con nosotros.

»Te mereces más que alguien que te haga llorar y parece que eso es lo que mejor sabe hacer Cristian —golpeó la mesa—. Mereces a alguien que te encuentre maravillosa y hermosa... —suspiró y calló escuchando atenta lo que Hope decía al otro lado de la línea— Está bien, hermana mayor.

Solo deja que te toque © [EN PROCESO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora