Capítulo 15 - Sam

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Doble actualización, esta es la segunda parte.

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HOGARBoston, Massachusetts

5 de septiembre

—No puede seguir así.

—Llegó hace tan solo una hora, Samuel, déjalo descansar. ¿Sabes cuántas horas trabaja? Él jamás se toma un respiro.

—Ha tenido doce horas de vuelo para descansar. Sabemos que no está así por cansancio, amor.

—¿Estás diciendo que tú conoces más a mi hijo que yo?

—No, mujer, estoy diciendo que si no lo sacas de esa cama...

Alcé mi cabeza de la almohada y los miré a ambos acusatoriamente.

—Los puedo oír, muy claramente.

—Entonces, haz lo que te digo —bufó mi padre.

—Ignóralo —dijo mamá, acercándose a mí—. ¿Quieres algo de comer, amor? Iré a la casa de Daniel a cuidar de Evan, Thomas tiene una grabación y tu hermano no llega hasta el lunes; le iba a preparar algo a tu padre, pero él puede calentar las sobras de la cena de ayer.

Papá rodó los ojos desde la puerta de mi habitación e hizo una mueca.

—Estoy bien, mamá, gracias.

—Vuelvo en unas horas —me sonrió antes de intentar peinar mi cabello y dejar un beso en mi frente.

—Aún no le digas a nadie que estoy aquí, por favor.

—¿No quieres ver a Zoé y Evan en la cena? Estarán muy felices de verte.

—Mañana. Hoy solo quiero dormir un poco más.

—Como tú quieras, traeré algo de comer cuando vuelva. Descansa, pastelito.

El apodo por el que mi madre me había llamado toda la vida jamás había dolido tanto.

Mamá salió de la habitación, no sin antes darle un suave golpe en el brazo a papá como advertencia para que me dejara en paz un poco más.

Claro que no funcionó.

—Habla conmigo, hijo —pidió en cuanto escuchó el ruido de la puerta principal al cerrarse.

Suspiré.

En los últimos años, mi padre se había vuelto la persona con la que podía hablar de lo que no me atrevía a decirle a Hiro o a Miha, más que nada porque él había vivido de primera mano los horrores de la guerra y había logrado superarlos. Sin embargo, no sabía cuál sería su reacción ante lo que necesitaba decir.

No quería que alguien me dijera que Hope había actuado mal y que me había privado de mi derecho a saber que íbamos a tener un hijo, pero tampoco quería que mencionara cuan mal estuvo mi actuar al irme de esa forma. Tan solo necesitaba que alguien me escuchara y me diera un abrazo que prometiera que todo estaría mejor.

—Quiero contarte, papá, pero no en este momento.

—Estoy aquí cuando cambies de opinión, Sammy.

—Gracias —intenté sonreír.

Papá me dio un asentimiento antes de salir y cerrar la puerta detrás de él.

Volví a tumbarme en la cama cubriéndome con las mantas hasta la barbilla. Solo quería dormir hasta que mi cerebro descifrara como resolver aquella situación.

Solo deja que te toque © [EN PROCESO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora