LO QUE ESPERÉ
Boston, Massachusetts, 201216 de Noviembre
—¿Qué ordenarán mis clientes favoritos está vez? —preguntó la señora Corina.
—No decido aún pero la amaré mucho si me da una soda —suplicó Andy haciendo ojitos.
—Yo quiero pastel de...
—Carne, arroz blanco y pan con ajo —me interrumpió recitando mi pedido habitual—, no sé porqué te pregunto si todos los viernes es igual —sonrió.
—Estoy sintiendo un favoritismo por Sam que no me gusta, señora Corina —bromeó Ander haciendo muecas.
La señora Corina se alejó hacia la cocina entre risas.
—¿Te duele mucho? —preguntó Andy al ver que masajeaba mi muñeca.
—No tanto, pero apuesto a que mañana tendré unos buenos moretones —bufé.
—Tu mamá matará al entrenador —se rió.
La comida no demoró en llegar. Así como la señora Corina sabía que yo siempre comía lo mismo, sabía que Ander no se molestaba en ver lo que le ponían en frente y le gustaba probar diferentes cosas.
—Esto está buenísimo —gritó en señal de aprobación atrayendo las miradas de los demás clientes.
No esta de más decir que el restaurante estaba repleto.
—Mañana debo ir por los libros nuevos del instituto, ¿me acompañas? —pregunté.
—No lo sé —suspiró—, Brenda quiere hacer no sé qué cosa mañana peor no tengo ánimos de aguantar las peleas.
—Tu adora novia —reí llevándome a la boca otro pedazo del pastel de carne.
No era un secreto para Andy, ni para nadie, que Brenda no era de mi agrado. El que Andy sea mi mejor amigo hizo que conviviera con ella más tiempo del que quisiera y, aunque ella nos es una mala persona ni mucho menos desagradable, hay aspectos de su personalidad que simplemente no me gustan y tolero con esfuerzo.
—Creo que terminaré con ella pronto—suspiró— es que... —se quedó mirando a la nada sin decir palabra por unos segundos— ¿Recuerdas a la chica que criticó mi combinación de pijama y abrigo de mi mamá? —preguntó.
—¿Qué tiene que ver Feith con que le termines a Brenda?
—Ah, nada, solo que está allí y nos está saludando —señaló la puerta del restaurante.
Feith movía la mano sonriente, le devolvimos el gesto y Andy hizo un ademán para que se acerque.
Desde que la conocimos nos la hemos cruzado muchas veces en el parque y en el edificio, siempre suelta algún comentario atentando contra la vestimenta de Andy y suplicándome que use más colores.
—Siempre que te veo usa algo azul, plomo o negro —rueda los ojos divertida.
—Es un gustó verte como siempre, Feith —negué divertido.
—¿Qué tal todo? —preguntó Andy.
—Bien, veníamos a probar el famoso estofado de la señora Corina del que el portero no deja de mencionar pero este lugar está repleto.
—Siéntate aquí —sugirió Andy—, no nos molesta, ¿verdad, Sam?
—Puedes acompañarnos —secundé la idea.
—No se molesten, chicos, espero a mí hermana y a sus amiga y ni yo las tolero así que no les daré ese pesar —rió.
—Tenemos dos sillas vacías más, no nos molesta, además, ya acabaremos —añadió Andy.
Me encogí de hombros.
No estaba seguro si Andy trataba de ganar puntos con Feith por estar interesado o solo era amable, no me mostré reacio a la idea aunque me gustaba comer en silencio y estar acompañado de Ander lo hacía un poco complicado ya.
Mi teléfono sonó encima de la mesa.
Daniel: Hermanito, cuando vuelvas trae comida para patito y para mí. Te amo <3333
Sam: Estoy por terminar de comer, no fastidies y pide algún domicilio.
Daniel: Es día de estofado de la señora Corina, ¡Por favoooor!
Sam: No.
—...mis consejos de moda te salvarán —escuché que le dijo Feith a Andy.
—Debes conocer a mi mamá, a mi hermano y sus clósets si te gusta tanto la moda, ellos son solo un poco más locos que tú en eso —dije.
—¡Si! Daniel tiene un súper estilo y la señora Hale haces unas cosas fantásticas —añadió Andy hablando con el último trozo de carne que le quedaba en la boca.
Hice una mueca por lo asqueroso que resultaba verlo.
—Eso es asqueroso —dijeron detrás de mí.
Volteé ligeramente la cabeza y vi que dos chicas se habían acercado a nuestra mesa. Eran las mismas chicas que la semana pasada dejaron escapar al perro en el parque, Hope y Audrey.
—Si tú eres mi vecina —Andy señaló a Feith— y tú también lo eres —señaló a Hope—, significan que viven juntas y ella es tu hermana.
—¿Los conoces? —le preguntó Hope a Feith.
—Si —respondió ella como si se tratara de algo obvio—, desde hace cinco minutos soy, oficialmente, la consejera de modas de Ander.
»No había mesas libres pero ellos ya se iban —les explicó.
—Genial —sonrió Audrey tomando asiento en la silla al lado de Ander—, hola, Sam, hola, Andy —saludó amablemente.
—Hola —dijo Hope sentándose también.
La primera vez que vi a Hope se mostró desafiante, parecía ser de las personas que no paraba de hablar ni un segundo, pero ahora que le veía estaba callada casi parecía avergonzada pero no dejaba de verse tierna por la rojez de sus mejillas y su sonrisa tímida.
Caí en cuenta que no me había detenido a observarla con detalle por lo que aproveché que Feith, Audrey y Andry conversaban animadamente.
Tenía el cabello muy largo y oscuro un poco más claro en las puntas, sus ojos eran marrones oscuros también pero se enchinaban cuando reía por las burradas que Andy ni paraba de decir.
Tal vez la miré muy detalladamente, pues noté hasta la pequeña mancha que tenía en su mejilla izquierda, causando que Hope guiara su mirada a mí y la bajaba rápidamente como si de un crímen se tratara.
Alzó la cabeza pero ahora intentan no mirarme y se aguantaba una sonrisa.
Sonreí, era muy divertido verla a pesar de no entender porque actuaba tan raro.
—Ha sido un gusto, chicas —se levantó Andy, ya había acabado con su refresco.
Me levanté al igual que él pero no quería irme, por alguna razón desconocida no quería hacerlo.
Encendí mi teléfono y le escribí a Daniel.
Sam: Tienes suerte, hoy tengo paciencia. Te llevaré comida.
—Daniel me acaba de pedir que le lleve comida —mentí— y si no le llevo me acusara.
Andy me dio una mirada divertida.
»Me toca preguntar si a ustedes nos les molesta que las acompañemos un rato más —dije amable.
—Para nada —contestó Hope enérgica—, di...digo era su mesa pueden quedarse.
—Gracias.
|×|
Escribir esta novela me hace mucha ilusión <3
Les daré un reto:
1- No se enamoren de Sam.
Nos leemos,
S. S. C.
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Solo deja que te toque © [EN PROCESO]
RomanceCuando dos personas están destinadas a estar juntas no importa el tiempo que pase, ni las nuevas personas que lleguen porque, al final del camino, volverán a encontrarse y nunca más se dejarán ir. Así podemos hablar de la historia de Hope y Sam, bu...