Solo deja que te toque © [EN PROCESO]

Capítulo 25 - Hope

NO MÁS
Boston, Massachusetts, 2013

21 de enero

En un día normal, estaría en la escuela, en mi clase de economía escuchando al profesor hablar sin parar de las cosas que estaban mal en el país. 

Ese no era un día normal. 

Había faltado a clases para reunirme con mi padre en Brook Farm. Estaba sentada en la sala de la casa de mis abuelos paternos —aunque ellos no estaban allí—, esperando que llegara. Su último mensaje decía que estaba a quince minutos de llegar, solo habían pasado doce que se sentían como una eternidad y checar la hora en mi teléfono no ayudaba a que pasaran más rápido. 

Tenía miedo de oír lo que mi padre tenía por contar, si bien Amanda me había dicho casi todo, no podía evitar tener las esperanzas de que todo fueran una cruel broma. 

El sonido de la puerta principal siendo cerrada me sacó de mis pensamientos. Papá y Amanda acababan de llegar. 

—Hola, Hope —dijo Amanda siendo la primera en acercarse, dejó un beso en mi mejilla y sonrió con ternura—. Estás tan linda como siempre. 

—Hola —dije sin sonar agresiva. Amanda hacía tan difícil el ser mala. 

—Los dejaré solos para que hablen, sé que los dos están impacientes. 

Me abrazó superficialmente antes de girarse a papá, le dijo algo que no pude oír seguido de un corto beso en los labios y salió del salón. 

—Te extrañé mucho, amor —dio un paso en mi dirección, pero me incliné un poco hacia atrás, fue un gesto suficiente para que entendiera que no quería sus muestras de afecto— ¿ni siquiera me saludarás?

—Le dije a Amanda que solo te escucharía para saber la verdad, no quiero que finjas ser mi padre, no cuando no te importo mentirme tanto  y hacerme pasar por cosas horribles los últimos meses. Perdí muchas cosas por tus mentiras así que es tu última oportunidad de ser sincero.  

—Te mentí, Hope, pero no fui el único...

—Dame una razón para creerte, haz algo para demostrar que mamá también me mintió —exigí elevando la voz. No estaba llorando, quería, pero me aplaudí internamente por no hacerlo.

Papá se sentó en el sofá individual frente a mí, apoyo su cabeza en sus manos y suspiró con pesadez. 

—Prométeme que no odiaras a tu madre. 

—No puedes pedirme nada, papá, pero creo que te odio más a ti en estos momentos de lo que podría odiarla a ella en todo mi vida. 

—¿Tanto te lavo el cerebro, mi niña? —preguntó con la voz rota. 

Dios, que buen actor podía ser en ocasiones.

—Mamá ha estado siempre para mí mientras que tú me ocultaste a tu hijo, me enredaste con mentiras para ponerme contra ella y  vivías feliz con tu nueva prometida mientras yo lloraba por tu culpa. Creo que no puedo odiar a mi madre si ha sacrificado tanto por Feith y por mí, no cuando se quedó contigo para no destruir la familia de sus hijas. 

—Dime, Hope, ¿odiarías a la mujer que quiso abandonarte cuando eras una bebé?

—¿De qué...?

—Si quieres la verdad te la daré y también todos los medios para que compruebes que no miento, no más. 

Enderezó su espalda y limpió las escasas lágrimas que empañaban sus ojos.