TODO
Boston, Massachusetts, 201214 de julio
—Te extraño, papá —dije cabizbaja.
—Tranquila, amor, es unos meses las visitaré o ustedes pueden visitarme aquí en Australia —aseguró.
—Extraño nuestra casa.
—Hope, donde vivirás es mucho más bonito —trató de animarme.
—Si sigues tratando de ver lo bueno ahora mismo te cortaré la videollamada —amenacé un poco divertida.
—Seré yo quien te corte, hija, me necesitan aquí. Promete que te portarás bien —pidió— y dile a Feith que deje de estar molesta con su papi.
—¡Estoy molesta porque me quedé sin estudio de arte! —gritó ella desde el puesto de copiloto.
—Feith —la regañó mamá.
—Las amo, cuídense.
No pude responder pues ya había cortado.
Odiaba la mudanza, odiaba tener que dejar de ver a mis amigos, pero, sobre todo, odiaba que mi papá estuviera al otro lado del mundo.
|×|
9 de noviembre
Mi buen humor de la mañana había desaparecido a lo largo del día. Mis amigos de mi antigua escuela saldrían de campamento el fin de semana y no tendrían comunicación, lo que significaba que no hablaría con ningunos de ellos.
Miré la hora en mi celular, tenía un mensaje de Audrey, mi vecina y única amiga en todo Boston.
Audrey: Paseo por el parque y helado, ¿Qué te parece?
Hope: Te veo abajo en cinco
Audrey: Loli está a punto de cagarse en la alfombra, date prisa!
Guardé el celular en el bolsillo, tomé una bufanda y mi gorro antes de buscar a mi perro.
—¿Necesitas algo? —le pregunté a Feith, mi hermana menor.
—Trae helado y seré feliz —sonrió sin despegar la vista de su tableta.
—Es raro hablarte y no escuchar regaños por mi elección de atuendo —me reí.
—Estoy a nada de rendirme contigo —bufó.
Enganché la correa al collar de Mota, mi pequeño y muy juguetón maltés blanco, y esperamos pacientes el ascensor.
Llevaba cuatro meses viviendo en el edificio Prince y en Boston, pero mis extensas habilidades para hacer amigos no habían dado demasiados resultados en la escuela y en el edificio, había varios chicos de mi edad pues los veía por las mañanas salir a los diferentes institutos, solo había logrado congeniar con Audrey.
Audrey era una persona muy simpática, sociable, graciosa y muy bonita. Era alta, de piel clara tal vez un poco pálida y cabello rubio alborotado, sus facciones eran tiernas y combinaban bien con sus ojos azules.
ESTÁS LEYENDO
Solo deja que te toque © [EN PROCESO]
RomanceCuando dos personas están destinadas a estar juntas no importa el tiempo que pase, ni las nuevas personas que lleguen porque, al final del camino, volverán a encontrarse y nunca más se dejarán ir. Así podemos hablar de la historia de Hope y Sam, bu...