MÍRAME
Boston, Massachusetts, 201218 de Diciembre
Yo no era de esas personas que tenían buena suerte, por el contrario, la mala suerte amaba seguir a donde fuera.
Maya me había mandado mensajes por la mañana pero iba tarde a la escuela y no pude leerlo, cuando intenté hacerlo en clase la maestra creyó conveniente retenerme el celular todo el día y cuando por fin llegué a casa, el celular no tenía nada de energía.
—Pruebate esto —ordenó Hope tirándome lo que parecía una falda pero con flecos en la parte trasera.
Con mucha flojera me puse de pie y me la coloqué sobre los shorts que llevaba puestos.
—Es muy chica —me quejé.
Al cierre no se le daba la gana de subir y era muy apretado, no podía respirar.
Definitivamente no era mi talla.
—¡No lo rompas! Me demoré dos semanas en combinar las telas perfectas —se me acercó para ayudar a quitarme eso—, le pediré a Audrey que venga luego a hacer de modelo.
—Ahora está ocupada pero en la noche comeremos aquí —me tiré nuevamente en mi cama—, si harás que sea tu modelo evita tus comentarios con respecto a su peso o su figura —advertí.
—Sabes que la entiendo, Hope, no hace falta que me lo recuerdes —bufó medio enojada azotando la puerta al irse de mi habitación.
Rodé en mi cama y desconecté el celular, lo tomé para revisarlo al bajar a la sala y poder no hacer nada tirada en el sofá en lugar de mi cama.
Revisé los mensajes de Maya, una era un enlace de un sitio web de escritura donde muchos postulantes a las universidades de la costa este trataban de deslumbrar a los profesores y buscar cartas de recomendaciones. El segundo mensaje era una foto de Cristian.
De Cristian y una chica.
Una chica a la que no se le veía el rostro pues estaban en una pose muy sugerente.
Una pose que sugería que estaban besándose.
|×|
—¿Que significa esa foto? —cuestioné a Maya en cuanto contestó la videollamada.
—Hola, mejor amiga —bufó acomodándose el cabello.
—Maya, enserio que ahora no tengo ánimos de eso, tengo la cabeza hecha un caos tratando de decidir si le pido una explicación a Cristian o lo dejo pasar —dije tratando de no soltar ni una lágrima.
—Cariño, si te mandé eso es para que tengas toda la información y decidas bien que hacer, no trataba de ponerte mal —se disculpó luciendo preocupada.
—¿Quién era la chica?
—No lo sé, alguien me mandó la foto por mail sin remitente. Apostaría a que no es nadie de la escuela —dudó.
—¿Se lo has enseñado a alguien más?
—No.
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Solo deja que te toque © [EN PROCESO]
RomanceCuando dos personas están destinadas a estar juntas no importa el tiempo que pase, ni las nuevas personas que lleguen porque, al final del camino, volverán a encontrarse y nunca más se dejarán ir. Así podemos hablar de la historia de Hope y Sam, bu...