Capítulo 4 - Hope

313 27 29
                                    

EXTRAÑOS
Múnich, Baviera, Alemania

15 de agosto, 2025 

Me despedí, con una gran sonrisa en el rostro, del grupo de inversionistas suecos que habían llegado a visitar el centro que estábamos por inaugurar. 

—Hacen un gran trabajo aquí —halagó Elena. 

Elena era una vieja compañera de universidad de Diego que trabajaba como representante de una gran farmacéutica en su país. Era una mujer hermosa, alta y de cabello negro y lacio que a penas tocaba sus hombros, lucía totalmente intimidante en ese traje carmín que combinaba con el color de su labial. 

—Gracias, pero no todo el crédito es mío, Diego lleva muchos más años que yo haciendo que todo sea posible. 

—Me alegra poder ver en persona, por fin, el trabajo de la fundación y de ustedes, estoy muy complacida, ya no tengo ninguna duda en asociarme con Amanda para llevar la fundación al siguiente nivel —sonrió dando una última mirada a todo el lugar. 

Había estado tan aturdida las últimas semanas, que casi olvidé que Amanda ya había comenzado la presentación de su nuevo proyecto a los inversionistas. 

Era el siguiente paso en el crecimiento de la fundación porque implicaba la generación de ingresos propios; en otras palabras, comenzaríamos a generar dinero con el que financiar muchos más proyectos e investigaciones, ya no trabajaríamos únicamente con los fondos del consorcio Nasati y las empresas de Amanda. 

Concretamente, Amanda planeaba hacer la compra de cinco hospitales en la costa este de Estados Unidos como primera fase del proyecto y la red se extendería por el resto del país en los próximos años. Era un proyecto ambicioso en el que ella llevaba trabajando desde que diagnosticaron a Ashton. 

En secreto, ser dueños de algunos hospitales significaba que Ash recibiría absolutamente todo lo que requería para sanar. Desde los mejores doctores hasta los estudios más innecesarios posibles, lo que sea con tal de asegurar su salud. 

—Me alegra, Elena, trabajar contigo es muy sencillo. 

—Lo mismo digo, Hope, ahora debo irme porque un avión me espera, pero estaré en contacto. 

—Ha sido un placer. 

—Mándale mis saludos a Oliver, es una pena que no hayamos coincidido. 

Intercambiamos un beso en la mejilla. La observé montar el auto que esperaba por ella antes de caminar hacia mi oficina. 

De camino, tomé un pequeño desvío hacia la sala donde Diego supervisaba la entrega de un lote de implementos médicos. Iba a preguntarle sí quería acompañarme a almorzar con Hiro y Travis, Hiro estaba molesto con Diego porque no fue por él al aeropuerto y tuvo que tomar un taxi, cosa que odia ferozmente. 

Me detuve al ver la puerta entreabierta, se escuchaban las voces de Diego y Oliver. 

No quería entrometerme, pero me fue imposible no escuchar, no cuando ellos comenzaron, literalmente, a gritar. 

—¡Estoy cansado! —esa fue la voz de Oliver. 

—Discúlpame por ser tan mal esposo, pero no sé cómo carajos quieres que cumpla tus exigencias —respondió Diego. 

—Hemos estado juntos doce años, Diego, creo que es tiempo suficiente para... 

—No lo digas. 

—Amo a tu familia, ellos son mi familia, y no es algo egoísta o irracional preguntarte si algún día estarás listo para formar la nuestra. 

Solo deja que te toque © [EN PROCESO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora