↳;; ❝Volkacio AUs♡

party favor✨

Soft, corto, y muy cliché, pero no tenía mucho tiempo para escribir, ojalá os guste igualmente.

(En este AU nada de lo de Pogo llegó a pasar, seguimos la trama como agentes de la policía)

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Horacio estaba enfadado, y bastante. Era esa clase de enfado explosivo que duraba poco porque en realidad no había pasado nada grave, pero era intenso durante esas horas posteriores a que la mecha se encendiera y la bomba se detonara.

—No lo sé —dijo, arreglándose para salir como en los viejos tiempos, con Gustabo a su lado, riendo, bebiendo y disfrutando hasta que saliera el sol—. Es que me siento como si nuestra relación estuviera estancada.

Suspiró mientras se abrochaba los últimos botones de la blusa granate que llevaba. Gustabo estaba tumbado sobre su estómago en la cama de Horacio, mirando distraídamente su teléfono móvil, mientras escuchaba los problemas de su hermano.

Horacio llevaba siendo pareja formal de Volkov ya diez meses. Y, sumándole el tiempo que habían pasado con encuentros casuales sin ser pareja oficial, debían de llevar casi un año juntos.

—Yo te lo he dicho mil veces, date cuenta Horacio. Ese ruso tóxico no es el indicado —Horacio suspiró de nuevo, harto de tener siempre la misma conversación con Gustabo.

—Gustabo, ya sabes que no lo digo por eso. Yo... lo quiero —el rubio puso los ojos en blanco, todavía con la mirada centrada en la pantalla de su teléfono móvil—. Y no estoy buscando "el indicado" o esas mierdas, estoy buscando a alguien que me quiera a mí también. Que me haga feliz.

Gustabo fingió una arcada.

—Joder, eras más divertido cuando íbamos por ahí y te ligabas a gente y no tenias una relación seria —Horacio frunció el ceño ante su comentario. Ya estaba lo suficiente enfadado como para que Gustabo jugara de esa manera con él, esa manera que sabía que le dolía tanto.

El cambio que había hecho en su vida, dejar entrar a Volkov en ella, había sido la mejor decisión que había tomado. A pesar de las discusiones o los momentos en los que querían estar completamente alejados del otro, se hacían felices mutuamente.

Prefirió no responderle a Gustabo, y él lo conocía lo suficiente como para quedarse callado de nuevo.

Continuó arreglándose mientras pensaba en lo que había pasado. Se miró a sí mismo en el espejo. "Qué idiota", pensó, pero no supo si se lo decía a Volkov o se lo decía a sí mismo. Probablemente a ambos.

—Te espero afuera —dijo Gustabo, saliendo del dormitorio y cerrando la puerta tras él, con cuidado. Horacio suspiró y se frotó las sienes para disminuir el dolor de cabeza antes de que fuera a peor, porque la noche ni siquiera había empezado.

Se desvistió pensando en Volkov. De nuevo lo mismo de siempre, lo que causaba todas sus discusiones: lo cerrado que era, impidiéndole saber qué pasaba por su mente. No le contaba cómo se sentía, si le pasaba algo, si había sido su culpa. Y sin comunicación no había manera de que Horacio supiera si había algún problema.

Esa mañana lo había notado raro, pero le había sido imposible deducir qué había pasado, si había sido culpa suya o había pasado algo en el trabajo. Y la comisaría no era el mejor lugar para hablar de ello, así que lo dejó pasar, porque quizás necesitaba su espacio. Volkov nunca le había dicho si, cuando estaba enfadado, prefería que lo dejara un rato solo o que le abrazara y le acariciara el pelo, y Horacio se sentía frustrado porque nunca podía darle lo que necesitaba. ¿Cómo iba a hacerlo si Volkov nunca se lo pedía?