↳;; ❝Volkacio AUs♡

sadderdaze [4] ✨

Nueva parte de este AU porque os encanta y a mi también, enjoy <3

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Volkov no supo cómo reaccionar los primeros segundos que duró el beso. Horacio tenía los labios cálidos y suaves, con un leve sabor a labial de fresa. Con una de sus manos se sujetó al hombro de Volkov y la otra la apoyó en su muslo, pero el ruso ni se dio cuenta, estaba demasiado ocupado asimilando lo que estaba pasando. 

De nuevo, Horacio lo besaba, pero no como a él le gustaría. Volkov suponía que lo hacía porque estaba siendo amable con él y se sentía seguro a su lado, pero eso no significaba que quisiera tener nada con él, no significaba que lo besara por… amor. Horacio lo besaba porque no sabía qué sentir, y estaba haciendole daño al ruso con sus dudas. Lo estaba haciendo sentir como el segundo plato. 

Ese beso supo a confusión y brillo de labios de fresa para ambos. 

Volkov lo separó rápidamente de él y se puso de pie, porque sentía que no podría estar a su lado, no cuando lo que más quería en el mundo era besarlo y sabía que, de nuevo, no eran las circunstancias correctas. 

—¿Por qué haces esto? —inquirió en un tono de voz bajo. 

—Ye te pedí perdón por anticipado —se excusó, también en susurros, Horacio. 

—No, me refiero —Volkov se dio la vuelta para encararlo y elevó la voz—, ¿por qué haces esto, todo esto? 

Le dolía estar gritándole a Horacio, y más después de haberlo visto llorar, pero necesitaba sacarse de dentro aquello que no lo dejaba dormir. 

—¿A qué… a qué te refieres? —balbuceó Horacio, que había perdido de golpe toda la confianza en sus actos. ¿Acaso había malinterpretado las señales y Viktor solo quería ser su amigo? 

—A que, ¡haces esto a propósito! ¿Quién crees que me dejó las marcas en el cuello? —estiró tan fuerte de su camisa que arrancó los primeros tres botones, que cayeron al suelo haciendo un sonido amortiguado contra la alfombra. Apartó el cuello de la, ahora rota, camisa para enseñarle de lo que hablaba—. ¿A qué otra persona crees que dejaría que se sentara encima de mí, me besara y me dejara chupones en el cuello sin ganarse una denuncia y una orden de alejamiento a cambio? ¿A qué otra persona además de a tí? 

—¿De qué estás hablando? —Horacio no estaba entendiendo nada, no asimilaba las palabras del ruso, pero suponía que no era nada bueno por la forma en la que gritaba. Volkov nunca le había elevado la voz, hiciera lo que hiciera, nunca había perdido su tono de voz calmado con él. 

—Pues que en la fiesta me besaste y yo te tuve que rechazar porque estabas borracho. ¿Tú sabes como me siento cuando la persona que me gusta me besa solo porque está borracho o triste? ¿Cómo me siento cuando sé que no soy su primera opción? Y que haga lo que no lo voy a ser jamás, porque probablemente yo no sea su tipo. 

—¿La… persona que te gusta? —realmente, Horacio no había escuchado a partir de ahí, porque se centró en lo brillantes que estaban los ojos del ruso. Quizás por la rabia, quizás por las lágrimas que amenazaban con brotar. Probablemente ambas. 

—¿Es… es eso lo único que te importa de todo, en serio? Porque si es lo único que te importa, te lo resumiré: sí, me gustas, me encantas, puede que hasta esté enamorado de tí —en otras circunstancias, Volkov se habría puesto rojisimo al admitir eso, pero en ese momento estaba fuera de sí, escupiendo palabras sin pensar en su significado o en las consecuencias que acarrearían—. No me digas que no te has dado cuenta, porque creo que no se me da muy bien disimular.