↳;; ❝Volkacio AUs♡

perfect now✨

Dónde Volkov y Horacio se emborrachan y cometen un gran error.

(University AU? no lo sé, pero son más jóvenes y no son polis)

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En un mundo perfecto le habría despertado la luz del sol colándose entre las cortinas, el canto de los pájaros o el olor a café del desayuno. Pero, la realidad es que Volkov se despertó por el terrible dolor de cabeza característico de la resaca, culpa de haber pasado la noche anterior bebiendo en exceso. La luz del sol era molesta, el canto de los pájaros era insoportable, y el mero hecho de pensar en desayunar le revolvía las tripas.

Abrir los ojos fue la primera tarea difícil de la mañana, y supo desde ese mismo instante que iba a ser un día de mierda.

Cuando al fin consiguió acostumbrarse a la luz de la habitación entendió el motivo por el cual tenía tanto calor. A su lado, Horacio dormía profundamente. Volkov no se movió, pero suspiró derrotado al verlo en la misma cama que él. Levantó discretamente la sábana, sintiendo todo el calor de su cuerpo ascender a sus mejillas, para comprobar que, efectivamente, estaban vestidos.

No recordaba mucho de la noche anterior, y el dolor de cabeza le impedía pensar con claridad.

No quería levantarse todavía de la cama -estaba extrañamente cómodo, considerando que el increíble calor que emanaba Horacio era casi abrumador estando en julio-, así que se quedó unos minutos ahí. Estaban de lado, separados por unos cuantos centímetros que, si bien no eran muchos, impedían cualquier clase de contacto físico.

Recorrió el rostro de Horacio con la mirada. Dormido estaba tan tranquilo, tan calmado, tan diferente a cómo era despierto. Se permitió sonreír un poco, al mismo tiempo que sentía un cosquilleo cálido recorriendo todo su sistema nervioso. Esa sensación era la que otros podrían llamar "mariposas".

Apartó la sábana con cuidado de no despertarlo y se puso en pie en ese instante. No podía permitirse sentirse así, no por Horacio. Horacio era su amigo, nada más.

Los besos que se habían dado no significaban nada para Horacio, así que para él tampoco tendrían que significar nada. Eran amigos, y tenían mucha confianza. El contacto físico mejoraba las amistades, decía Horacio. Y él prefería creerse eso a que hubiera algo más. Aunque no tenía una explicación para la calidez que invadía su pecho desde hacía unas semanas, desde que todo eso había empezado, desde el primer beso. O quizás, si era honesto consigo mismo, desde antes.

Suspiró y se dirigió a la cocina. No quería desayunar, pero un café y un ibuprofeno le vendrían bien.

Pegado en la cafetera había una nota adhesiva, como si el autor supiera que iba a ser el primer lugar por el que Volkov pasaría. Puso el café a hacer mientras la leía.

"Nos fuimos x la mañana pero no os dijimos nada porque estabais muy tranquilos durmiendo abrazaditos jeje. Greco sacó fotos, si quieres te las pasamos

-G"

Reconoció a la perfección la mala caligrafía de Gustabo, y puso los ojos en blanco al acabar de leer. Se sirvió una taza de café y se dirigió al salón, viendo las mantas revueltas sobre el sofá, donde habían dormido sus amigos.

Menos Horacio, al parecer, que había preferido meterse en su cama. A Volkov le preocupó que le molestara tan poco este hecho.

En el sofá también encontró su teléfono móvil, donde debió dejarlo la noche anterior. Lo encendió, encontrándose con un mensaje de Greco. Lo abrió y vio que era la foto de la que hablaba Gustabo. Puso los ojos en blanco. No había tenido tiempo ni de pedírsela. Aunque tampoco es como si hubiera pensado en hacerlo.