don't marry her✨

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Dónde Volkov es un joven ruso de clase alta al cual su conservadora y adinerada familia intentan encontrarle una esposa, y él busca consuelo en los brazos de su "mejor amigo".

Parte 1 de 2

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Dio una patada a la lata vacía que estaba en el suelo, cubierta de polvo, mientras se sentaba en uno de los asientos que habían sacado de un vehículo. Aquel desguace de coches abandonados se había vuelto su segundo hogar. Incluso se atrevería a asegurar que se sentía mucho más cómodo ahí que en su casa. Con sus amigos, pasando las tardes bajo el sol, bebiendo y hablando. Gastando así lo que la gente consideraba "los mejores años de su vida".

En su casa era diferente, no podía bajar la guardia. No podía ser él mismo ni un segundo, porque siempre tenía un par de ojos clavados en su espalda que analizaban todo lo que hacía, lo que decía, lo que pensaba. Lo que sentía era algo más privado, lo ocultaba lo mejor que podía. Aunque siempre había algún resquicio por el que acababa saliendo.

Se recostó mejor en los asientos que usaban como sofá. Gustabo los había sacado de uno de los coches destrozados. Ese desguace lo habían encontrado una noche, de fiesta, buscando un sitio tranquilo y dónde el ruido no molestara a los vecinos. Pero, a partir de ese día, se había vuelto un lugar de reunión para su grupo de amigos, sobre todos para distraerse cuando alguno de ellos tenía algún problema.

Todos tenían problemas, de alguna u otra manera. Eran muy jóvenes -algunos apenas pasaban de los veintidós- pero la vida no se detenía y no les daba un descanso. Tenían que ir enfrentándose a todo lo que venía, sumándole las clases en la universidad o sus respectivos trabajos.

Pero para Volkov ese lugar era incluso más importante que para el resto, porque ahí había empezado todo. Se le ponía una sonrisa boba en la cara con tan sólo pensarlo, y se le coloreaban las mejillas. El lío de su cabeza había empezado en ese mismo lugar en el que estaba sentado, junto a la misma persona a la que estaba esperando ahora mismo.

Se permitió cerrar los ojos hasta que llegara Horacio. Dijo que tardaría un poco, porque tenía clases, pero que estaría ahí antes de que se pusiera el sol. Y él estaba tan cansado que necesitaba recostar la cabeza sobre alguna superficie blanda.

Dejó el tiempo pasar, sin pensar en nada en especial pero con la cabeza llena de ideas. Sentía las sienes palpitar por el increíble dolor de cabeza que llevaba todo el día teniendo, pero le daba igual. La medicina capaz de mitigar su dolor estaba en camino, ataviado con una sudadera color malva y con una mochila negra colgando del hombro. Sonriente. Y la imagen le hizo sonreír a él también, que era lo que necesitaba ese día.

Sabía que iba a pasar, pero que se lo dijeran de esa manera tan injusta le dolía. No era lo que él quería, no estaba dentro de sus planes, y definitivamente no estaba de acuerdo. Pero no podía abrir la boca para quejarse, así que tenía que desahogarse con alguien que de verdad lo escuchara mientras pretendía que eso estaba bien.

No se dio cuenta de que estaba quedándose dormido. Lo despertó un perfume masculino que conocía demasiado bien incluso antes de  que fueran sus caricias en el pelo las que le hicieran abrir los ojos. Cuando se incorporó, el dolor de cabeza había desaparecido, y la luz solar también.

—¿Cuánto llevas aquí? —preguntó, con la voz grave por dormir, mientras se frotaba los ojos, sabiendo perfectamente de quién se trataba incluso antes de escuchar su voz.

—Media hora, más o menos —contestó, sonriendo.

—¿Y por qué no me has despertado? —se quejó, sintiéndose algo avergonzado. La risa de Horacio inundó el aire a su alrededor y le sacó a él una sonrisa.

↳;; ❝Volkacio AUs♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora