Medicine✨

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Donde Horacio, al llegar a la ciudad, no conoce al comisario Volkov, sino al doctor Volkov.

(Soft + confort angst) + una canción preciosa  en multimedia.

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Cuando acompaña hasta la puerta a la chica a la que acaba de atender y ve a Horacio sentado en una de las sillas de la sala de espera, sabe que va a ser un buen día. Y cuando Horacio lo ve a él, se le iluminan los ojos de una manera que hace a Volkov saber que él está pensando lo mismo.

Se pone de pie al instante, aproximándose a él, y sólo en ese momento Volkov repara en que está sujetando un pañuelo manchado de sangre contra su mejilla. Frunce el ceño al momento, pero el hecho de que Horacio esté sonriendo alivia un poco su preocupación.

—Hola Doctor Bombón... —saluda, con un tono cariñoso, pero sin acercarse demasiado porque ya sabe que en el trabajo Volkov es muy profesional.

—Horacio... ya te he dicho que no me llames así en público —no se siente bien pidiéndole eso, pero Horacio no se lo toma a mal.

—Ya, ya... —dice, y después pone los ojos en blanco, pero con una sonrisa en la cara—. ¿Me atiendes a mí? ¿O estás ocupado?

Volkov echa un vistazo a la gente de la sala de espera. Ese día no hay mucha, y la mayor parte de ella tiene cita con un médico en concreto o está ya siendo atendida por alguno de sus compañeros.

—Venga por aquí, caballero —pide, con la seriedad que utiliza en ambientes laborales, haciendo que Horacio se ría y sienta mariposas en el estómago al mismo tiempo.

—"Caballero..." —repite, en tono juguetón, mientras lo sigue hasta la consulta, riendo por lo bajo.

Volkov le encanta. Sólo han tenido cuatro citas, y no puede decir que esté enamorado, pero sabe que le gusta mucho. Y es cierto que utiliza la más mínima excusa para ir a verlo al trabajo, aunque nunca lo admitirá en voz alta cuando Volkov se lo echa en cara, porque sabe que al ruso tampoco le molesta.

—Tome asiento —le pide, y Horacio lo hace—. ¿Nombre?

Horacio pone los ojos en blanco. Si no conociera la profesionalidad de Volkov, pensaría que está haciendo todo eso para hacerle reír.

—Ahórrate todo eso —dice, dedicándole una mirada juguetona—. A menos que quieras jugar a los médicos, claro.

—¿C-Cómo- - ? Es... mi trabajo, Horacio, no... no sé de qué hablas —dice, pero el rubor que le ha coloreado las mejillas es claro indicativo de que ha entendido el comentario a la perfección.

—Ya, ya... —deja la frase en el aire y niega con la cabeza, sin poder dejar de sonreír.

—¿Me dejas ver eso? —pide Volkov. Que Horacio esté risueño y animado no le quita la preocupación, en parte por el hecho de ser médico y en parte por... por lo mucho que le importa Horacio.

Rodea la mesa para apoyarse en el filo del escritorio, con una confianza que no tendría con ninguna otra persona, y le aparta la mano a Horacio de la cara para ver la herida. Es muy leve y apenas sangra. El ruso le pasa el pulgar de la mano derecha por los alrededores de la zona, sin llegar a tocar la herida, y Horacio cierra los ojos.

—Horacio... —pronuncia Volkov, la cercanía haciendo que no sea necesario alzar la voz en lo más mínimo—. Has exagerado viniendo al médico por esto, lo sabes, ¿no?

Horacio frunce el ceño, pero no abre los ojos. Los dedos de Volkov siguen acariciando su piel, y él no quiere separarse.

—¿Exagerado? ¿Así tratas a tus pacientes? —a pesar de tener los ojos cerrados, sabe que el ruso está sonriendo. Lo nota en su voz cuando responde:

↳;; ❝Volkacio AUs♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora