8-> morning routine
Mucho azúcar para contrarrestar el de ayer xd
Advertencia: extremadamente corto, lo siento, "morning routine" no me daba para más 😔
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Ese domingo ninguno de los dos tenía que trabajar, así que no habían puesto la alarma del despertador. Volkov siempre se despertaba el primero, a pesar de ser el que tardaba más en quedarse dormido, mientras que Horacio dormía hasta tarde.
Ese día no fue diferente, el ruso se despertó cuando el cielo estaba de color naranja y el sol empezaba a alzarse. Intentó moverse, pero Horacio lo tenía sujeto por la cintura y lo abrazaba con fuerza. Levantó una mano y le apartó unos mechones rojos de la cresta despeinada de su novio, porque le estaban haciendo cosquillas en su hombro desnudo, y le acarició la mejilla suavemente.
Esos momentos le gustaban mucho a Volkov, por eso no le importaba no poder levantarse por culpa del abrazo del chico. A pesar de hacerse el frío le encantaba la tranquilidad que le infundía ver a Horacio durmiendo sobre él, con esa cara de relajación y su respiración regular y calmada. Había muy pocos momentos durante el día en los que Horacio estuviese quieto, sin hacer nada, y Volkov apreciaba ver los rasgos apacibles del contrario.
Horacio no tardó mucho tiempo en despertarse también. Apretó más fuerte la cintura de su novio mientras bostezaba.
—Buenos días —murmuró Volkov, con una sonrisa.
—Buenos días —respondió Horacio, con la voz grave de dormir, mientras se frotaba los ojos. Apoyó el codo en el colchón para elevarse un poco y darle un besito en la mejilla a su pareja, después se tapó de nuevo con la sábana.
—¿Quieres que vayamos a comer fuera? —ofreció Volkov, acariciando la espalda de Horacio. Conocían un sitio cercano a su edificio en el que cocinaban muy bien y no solía haber mucha gente que los molestara. Horacio asintió y se quitó la sábana de encima. Bostezó de nuevo y se puso de pie. Volkov lo imitó.
—¿Sabes qué he soñado? —preguntó Horacio, mientras veía a Volkov ponerse la camiseta negra que se había quitado anoche antes de dormir. Estaba algo arrugada, pero no tenía ganas de ir a su piso y la ropa de Horacio le quedaba pequeña.
—¿Qué?
—Que me teñía el pelo de verde. Y quiero hacerlo —le dijo. Se dirigió al baño y cogió su cepillo de dientes.
—¿Quieres teñirte el pelo? —preguntó Volkov, mientras se lavaba los dientes también. Horacio hizo un sonido afirmativo e hizo gárgaras con agua antes de precisar su respuesta.
—Tengo tintes de todos los colores, no tenemos que ir a comprarlo. Pero necesito tu ayuda —le pidió, haciendole ojitos para que aceptara.
—Bueno… yo te ayudo, pero no sé si seré capaz —Horacio sonrió de oreja a oreja y abrió un armario del baño. Volkov miró sobre el hombro de su novio, lo cual no fue difícil debido a su altura, y vio la inmensa cantidad de botes de colores que tenía Horacio guardados. Revolvió entre ellos hasta sacar uno verde.
—Normalmente tendría que decolorar el cabello antes —dijo. Volkov lo seguía con la mirada mientras daba vueltas por el baño cogiendo cosas de muchos cajones diferentes—, pero como el color ya está muy claro no hace falta.
Vertió un líquido que el ruso no sabía qué era junto con tinte verde eléctrico en un bol. Lo revolvió todo y se lo tendió a su novio, que lo miró con cara de asco y arrugó la nariz.
—No pongas esa cara —le tendió una especie de pincel de color rosa y unos guantes y se sentó en una silla delante de Volkov.
El ruso hizo lo que pudo para teñir bien el pelo del contrario. Después, lo dejaron reposar diez minutos mientras se daban besos y caricias y hablaban de cosas sin importancia.
Volkov le pidió a Horacio que se pusiera de rodillas frente a la bañera y él se inclinó delante, abrió el grifo con agua templada y le lavó todos los restos de tinte sobrantes. Realmente, Horacio se había teñido su propio cabello cientos de veces, y era perfectamente capaz de hacerlo solo, pero no iba a desperdiciar la ocasión de sentir las caricias del ruso en su pelo y todas las atenciones que estaba recibiendo por su parte. Después le secó el cabello con una toalla blanca y se miró en el espejo.
—¿Estoy guapo? —preguntó, mientras se miraba desde todos los ángulos posibles. Volkov sabía que su novio era más inseguro de lo que parecía, y que su opinión le importaba mucho, así que asintió con una sonrisa y lo abrazó desde atrás. No mentía, le gustaba mucho el nuevo color de pelo. No lo admitiría en alto, pero le atraía bastante la faceta de Horacio que se pintaba el pelo de colores diferentes, se tatuaba y se hacía pendientes.
Horacio se liberó de los brazos de su novio, después de dejarle un corto beso en la mejilla, y se dirigió a la habitación. Volkov lo siguió, en parte para ver que hacía y en parte porque él no tenía nada mejor qué hacer, y mirar a su novio siempre le ponía una sonrisa en la cara.
Lo vió agarrar un delineador de ojos negro y sentarse frente a un pequeño espejo. Con mucha precisión y destreza delineó sus párpados. Volkov lo observó atentamente, él no sería capaz de meterse eso en el ojo, pero Horacio lo hacía bastante bien, y la verdad es que hacía que sus ojos destacaran y brillaran.
Si la increíble personalidad de Horacio no acaparaba todas las miradas ajenas, era su estilo y su belleza la que cautivaba a la gente.
El chico se apartó del espejo cuando acabó su trabajo. Le dedicó una breve sonrisa a su pareja antes de quitarse la camiseta del pijama y acercarse al armario. Volkov se recostó sobre las sábanas revueltas y observó a su chico vestirse un llamativo conjunto que combinaba con el verde de su cabello.
Cuando estuvo listo, dio una vuelta sobre sí mismo para enseñarle su aspecto a Volkov, que sonrió de lado y estiró sus brazos, invitándole a recostarse junto a él.
—Oye, que tengo hambre —dijo, mientras situaba sus rodillas a los lados de las caderas de Volkov—. ¿No podemos irnos ya?
Volkov le dejó un recorrido de besos desde el hombro hasta la mandíbula que le mandó escalofríos por todo su cuerpo. Finalmente unió sus labios con los del contrario y llevó su mano a su mejilla para sujetarle el rostro mientras intensificaba el beso. Horacio le mordió levemente el labio inferior antes de separarse y mirarle con una sonrisa traviesa. Volkov se inclinó para continuar con su improvisada sesión de cariños, pero Horacio se separó.
—Venga, vamos a comer —tiró de la mano de su novio para que se pusiese de pie. Volkov gruñó antes de levantarse y dirigirse a la puerta de entrada junto a Horacio.
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Perdón por lo corto que es.
Gracias por las 4k views ✨💓
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↳;; ❝Volkacio AUs♡
FanfictionRecopilación de One Shots que me apetecía hacer para la Volkacio week a pesar de llegar mil años tarde. · · ─────── ·本· ─────── · · Probablemente añada más one shots o drabbles porque estoy muy aburrida todo el tiempo y llorar por píxele...