↳;; ❝Volkacio AUs♡

Another love✨

Donde Volkov y Horacio pasan San Valentín juntos, pero por motivos diferentes.

(AU diferente al canon, no son del FBI ni polis en general ni nada de eso).

-> Parte 1 de 2; soft + Volkov enamorado.

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Tras exactamente seis meses viviendo juntos, Volkov ha aprendido un par de cosas de la convivencia con Horacio.

Uno: nunca, absolutamente nunca, va a dejar el cepillo de dientes en su sitio. Dos: le encanta ponerle el máximo volumen a la música que escucha y las películas que ve en la televisión.

Y tres: que dé un portazo es algo fuera de lo común, y que no presagia nada bueno.

Por eso, cuando entra en el piso cerrando la puerta con fuerza tras él y el ceño fruncido, Volkov deja el libro que estaba leyendo a un lado y se levanta del sofá. Lo sigue con la mirada hasta la cocina, y después decide ir detrás. Horacio está frente a la nevera, con la puerta abierta y buscando algo, y excesivamente callado para ser él. Cualquier otro día no habría pasado frente a Volkov sin saludarlo o siquiera dirigirle una mirada.

—Horacio... —decide decir, extrañado y preocupado por su actitud—. ¿Todo bien?

—Todo fantástico, todo... de puta madre —dice aunque su tono de voz es sarcástico. Sigue buscando entre las cosas de la nevera, pero al no encontrar nada que le apetezca cierra la puerta, dando un nuevo portazo.

—¿Por qué estás... dándole golpes a todo? —pregunta, recibiendo una mirada enfadada por parte de Horacio.

—No estoy dándole golpes a nada —Volkov, en lugar de llevarle la contraria, sólo suspira.

Horacio es una persona muy transparente. Se le notan todas y cada una de las emociones que cruzan por su interior, y es fácil saber lo que está sintiendo en cada momento. Además, tampoco trata de disimularlas. No es una persona que mienta cuando está triste, o que lo oculte cuando está enfadada. No sería la primera vez que va directamente hacia su compañero de piso para pedirle un abrazo, diciéndole que no se siente bien explícitamente.

Volkov es todo lo contrario. Odia que se le noten esa clase de cosas, y nunca ha pedido un abrazo, aunque a Horacio tampoco le ha rechazado ninguno. Ni una sola vez.

—¿Quieres contarme lo que ha pasado? —dice, y se sienta en una de las sillas de la cocina. Horacio apoya la espalda en la nevera y después se deja caer al suelo, sentándose apoyado en el electrodoméstico.

—Es que es una tontería —responde, frotándose los ojos con las palmas de las manos. Volkov lo escucha atentamente, como siempre hace.

Cuando aceptó vivir con Horacio, no eran realmente cercanos. Tenían un par de amigos en común que les informaron de que estaban buscando lo mismo: un compañero de piso de más o menos su edad, que pudiera pagar la mitad del alquiler. Hablaron un poco y se llevaron bien, y, aunque las primeras semanas fueron algo incómodas, no tardaron mucho en hacerse amigos.

—Pero... estás enfadado —dice, a pesar de que es obvio, y se gana otra mala mirada por su parte -que sabe que no va realmente en serio-.

Hacerse amigos es algo que Horacio no esperaba, pero no se arrepiente en absoluto. Volkov es la persona más comprensiva que ha conocido jamás, y nunca se ha reído con nadie tanto como lo ha hecho con él. Le puede contar absolutamente todo, porque siempre le da los mejores consejos. Y siempre intenta hacer lo posible para que él se sienta bien, consintiéndole todos los caprichos que pueda tener, desde ver con él la película que quiera ver, hasta salir de fiesta juntos.