↳;; ❝Volkacio AUs♡

thinking about you [2] ✨

Donde Volkov tiene una relación con Horacio y sufre un PK… pero no olvida lo que vosotros creéis… 

PARTE 2 

o dónde Volkov y Horacio hace tiempo que rompieron y ninguno de ellos lo supera 

(cronológicamente está situado cuando Volkov ya sabía que ambos eran subinspectores) 

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Habían pasado exactamente dos semanas desde la última vez que Volkov había visto a Horacio en un ámbito externo al trabajo, y las cosas no podían ser más incómodas. Sentían que habían demasiados asuntos pendientes, demasiados temas de los que hablar, porque los había, pero ninguno de ellos era capaz de dar el primer paso para resolverlos. Sus amigos lo habían intentado por todos los medios posibles, pero no había manera de que quisieran estar a solas. 

Pero una casualidad los juntó de nuevo. 

Habían conseguido detener a la mafia que había sido la causa de que los recuerdos de Volkov estuvieran tan enredados entre sí. Con el paso del tiempo, parte de la información había regresado a su cerebro, pero aún tenía ciertas lagunas en su memoria y había cosas que no conseguía recordar. Para celebrar que los culpables estaban en la cárcel, Greco propuso quedarse un rato al finalizar el servicio para tomar una cerveza. Volkov pensó en negarse, pero su otra opción era volver a su piso y quedarse viendo al techo mientras intentaba, sin éxito, conciliar el sueño, así que aceptó. 

-[🖤]-

El vodka de ese bar era de peor calidad que el que solía consumir Viktor, pero era mejor que no tomar nada. Greco hacía tiempo que se había apartado de su lado, intentando conocer mejor a los nuevos alumnos del cuerpo, y Gustabo y Horacio se paseaban entre la multitud del local, risueños. 

Volkov seguía a Horacio disimuladamente con la mirada, pero el chico ni siquiera se daba cuenta, o quizás no quería enfrentarse a ello. Ya habían hablado, la última vez que se habían visto, acerca del motivo de su ruptura, y aún así se sentían como si el tema no estuviera tratado del todo. Así que Volkov le dio otro trago a su bebida, dejando que el vodka quemara su garganta y le diera el valor suficiente como para ir a hablar con él. 

Horacio, mientras tanto, danzaba entre la gente, sin separarse mucho de Gustabo. Buscaba alguien con quien pasar el rato, algún chico o chica que le distrajera de su ex novio. Pero, contradictoriamente, se sorprendía a sí mismo buscando a Volkov entre la multitud. Sus ojos seguían buscando los azules del ruso. 

Por eso, cuando lo vio acercarse a él, se preguntó si el alcohol había tenido efecto demasiado rápido o si de verdad Volkov quería hablar con él. Caminó hacia uno de los sitios más vacíos que vió en el bar, manteniéndole la mirada unos segundos para que captara la indirecta y lo siguiera. Y Volkov lo hizo, porque conocía a su chico y se entendían sin palabras, sin gestos, solo con miradas. 

Se apoyó en una de las paredes, mientras Volkov se acercaba a él, ambos ignorando la aglomeración de gente y la música alta a su alrededor, casi sintiéndose como si estuvieran solos. 

—¿Qué quieres, Volkov? —preguntó, manteniendo su posición altiva para disimular sus nervios. 

—¿Que qué quiero yo? Tú me has guiado hasta aquí —Volkov se cruzó de brazos, igual de nervioso que el contrario. 

—Eso no es cierto, me has seguido porque tú has querido —rebatió, cruzándose él también de brazos. Volkov se sintió expuesto, porque en realidad Horacio tenía razón, a pesar de que la mirada del chico se lo había pedido.