↳;; ❝Volkacio AUs♡

kids✨

12➪ hug from behind (abrazo desde atrás) 

Donde Volkov y Horacio se ven obligados a cuidar a niños, y se dan cuenta de que no están preparados todavía para dar ese paso♡︎

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Horacio siempre había querido formar una familia. Deseaba tener niños correteando por casa, y deseaba darles todo el amor que él no había recibido, pero sabía que su pareja no estaba preparada. Además, Horacio siempre había sido bastante emocionalmente inestable, y él era consciente de que eso no era lo mejor si querías tener un crío. 

Volkov nunca había querido tener hijos, porque sentía que si los tuviera viviría con miedo constante a que les pasara algo, y sería incapaz de protegerlos. Además, no era una persona especialmente cariñosa, y le dolería no ser el mejor padre posible. 

Por eso, a pesar de sólo llevar un año de relación, Horacio y él ya habían hablado sobre ese tema, y no tenían pensado adoptar ningún niño o niña en un futuro próximo. 

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Horacio y Volkov se habían quedado en comisaría, mientras Gustabo, Conway y Greco volvían de una escena del crimen. Una mujer había sido golpeada por su marido, porque ella le había pedido el divorcio, y ahora estaba en el hospital. 

Volkov estaba detrás del mostrador, organizando unos papeles, mientras que Horacio estaba apoyado sobre el mostrador por el otro lado, mirándolo y hablando con él mientras bebía un café. No había mucha gente en comisaría, solo un par de civiles que querían poner denuncias, y ya estaban siendo atendidos por oficiales, por lo que el comisario y el subinspector podían permitirse un pequeño descanso. 

El cómodo ambiente fue roto cuando la puerta de comisaría se abrió y el superintendente entró junto a Gustabo y Greco. Volkov y Horacio los miraron con los ojos muy abiertos al ver el bebé que llevaba Conway en brazos y la pequeña niña que iba de la mano del comisario. 

—¿Qué? —fue lo único que fue capaz de preguntar Horacio, mientras gesticulaba con sus manos de forma dramática, señalando la escena. 

—¿Adivina qué? —dijo Conway, con tono sarcástico, mientras le dejaba el bebé a Horacio en los brazos. Horacio lo miró y le puso caritas para hacerlo reír—. La pareja tenía hijos. 

Volkov dio la vuelta al mostrador y miró a Horacio. Sintió nervios al verlo con un bebé en brazos, pero no supo por qué, si por el hecho de imaginarse a él y a Horacio adoptando un bebé igual, o por miedo a que no fuera capaz de sujetarlo bien y le hiciera daño. 

—¿Y qué cojones hacéis con el bebé aquí? —preguntó Volkov, viendo como Horacio hacia cosquillitas en la barriga del bebé para sacarle una sonrisa. 

—Porque su padre está en prisión y su madre en el hospital, y necesitamos tomarle declaración —respondió Conway. Volkov soltó una risa irónica. 

—¿Interrogar al bebé? —preguntó, incrédulo.

—Pues claro que no, gilipollas —Conway suspiró frustrado mientras señalaba hacia Greco. La niña, de unos cinco años, estaba medio escondida detrás del cuerpo de éste, agarrada de su mano—. Tenemos que saber si esto ha pasado antes, para ver la condena que le metemos a su padre. Él se niega a hablar, y su madre está inconsciente todavía. 

Volkov estaba algo perdido, no sabía cómo comportarse con niños. 

—¿Y a mi qué me cuenta, Conway? —preguntó Volkov. Conway puso los ojos en blanco. 

—Te cuento que aquí el único que sabe tratar con niños es tu novio —señaló a Horacio, que balanceaba al bebé suavemente, haciéndolo reír. La verdad es que Conway tenía razón. Greco, Gustabo y él nunca habían cuidado de niños, y el superintendente, tras la muerte de sus hijos, no quería cuidar a esos críos. Horacio tampoco había cuidado de niños, pero era muy cariñoso con todo el mundo y seguro que con ellos no era una excepción.