Donde Volkov y Horacio son invitados a la boda de Greco e Iris, y deciden fingir que no están juntos. O, bueno, por lo menos lo intentan.Parte 2 de 2.
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—Espera —la voz de Horacio hizo a Volkov detenerse, sumado al tirón que le dio en la camisa para que frenara sus pasos.
Una vez Volkov se quedó quieto, él se aproximó a su cuerpo y le colocó mejor el cuello de la camisa. El día había ido pasando, y el atardecer había traído consigo una infinidad de tonalidades anaranjadas que pintaban el cielo. Horacio le dedicó una sonrisa cariñosa y un beso rápido antes de apartarse y soltarlo, para poder continuar su camino hacia el interior del bar.
—Gracias —murmuró Volkov en respuesta, al mismo tiempo que colocaba la mano en la puerta para empujarla y entrar.
Llegaban tarde. No había sido su intención, pero su fugaz encuentro amoroso en los asientos traseros del coche se había alargado un poco más de lo previsto, y ni siquiera les había dado tiempo a cambiarse de ropa -siendo esta la excusa que habían puesto para escaparse y estar a solas durante un rato-.
Divisaron a Greco, con ropa algo más informal, rodeado de gente. Iris, a su lado, vestía un vestido corto mucho más apropiado para una fiesta que el vestido de novia. Ellos dos intentaron entrar pasando desapercibidos, pues sabían que su tardanza sería el foco de muchas preguntas.
—¿Quieres ir a por una bebida? —ofreció Volkov, y Horacio sonrió.
—¿Me invitas tú? —preguntó, enarcando una ceja. El animado ambiente, las risas de la gente, las luces y la música, estaban logrando que Horacio quisiera soltarse un poco más. Tenían toda la noche por delante, y estaba decidido a pasárselo bien, y hacer que el ruso disfrutara también.
—Claro —respondió, poniendo los ojos en blanco, aunque realmente no le molestaba. Sonrió, y colocó la mano en la espalda baja de Horacio, como excusa de que era necesario para guiarlo entre la gente hacia la barra y pedir una copa, cuando en realidad sólo buscaba un poco de contacto físico.
Se sentaron considerablemente cerca, y pidieron algo de beber. Pensaban volver al hotel en taxi, así que a ninguno de los dos les importaba demasiado beber algo con alcohol. Compartieron un par de palabras, aprovechando los pocos minutos que tendrían durante la noche para estar a solas. El ruido a su alrededor les obligaba a tener que hablarse al oído, lo cual no era un inconveniente para ninguno de los dos.
Greco no tardó demasiado en acercarse a ellos, notoriamente agradecido de su presencia en su boda. Los había echado mucho de menos, a ambos. Y verlos ahí le hacía sentir que recuperaba partes de su vida que el tiempo se había llevado. Además, tenía la esperanza de que estar juntos esos días les ayudara a mejorar su relación. Nunca habían sido muy cercanos, pero Horacio realmente había llegado a apreciar a Volkov, y el ex-comisario nunca se había mostrado tan abierto con nadie como con él.
Aunque una relación romántica fuera imposible, Greco aún tenía esperanzas de que pudieran hacerse buenos amigos.
—¿Cómo estáis? ¿Todo bien? —preguntó, cuando se sentó junto a ellos en otro taburete—. Estaba a punto de llamaros.
La frase fue dicha con la intención de pedir explicaciones por la tardanza sin que sonara enfadada, porque a Greco no le había molestado en absoluto. Pero sí tenía curiosidad.
—Sí, sí, todo bien —se apresuró a excusarse Horacio—. Perdón por haber llegado tarde.
Greco negó con la cabeza, sonriente, restándole importancia. Después les dedicó una mirada de arriba a abajo a ambos, y no pudo evitar comentar algo al respecto.
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↳;; ❝Volkacio AUs♡
FanfictionRecopilación de One Shots que me apetecía hacer para la Volkacio week a pesar de llegar mil años tarde. · · ─────── ·本· ─────── · · Probablemente añada más one shots o drabbles porque estoy muy aburrida todo el tiempo y llorar por píxele...