↳;; ❝Volkacio AUs♡

far away from here✨

Dónde Volkov no cumple su promesa y contacta con Carlo.

Aclaro que en este AU no pasó todo lo del último directo, Carlo no le disparó a Volkov ni mató a los pollitos (ni una palabra de esto, porque aún sigo de luto).

(La canción de la multimedia la puso Momon después de que Volkov le dijera a Horacio que quería ser feliz, y Horacio le prometiera que lo serían🥺)

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Ni siquiera era consciente de la velocidad a la que conducía, pero la redujo en cuanto se dio cuenta de que sobrepasaba el límite. Un accidente era lo que menos quería tener en ese momento.

Por mucho que intentara llamarse a sí mismo a la calma, los nervios podían notarse en todos y cada uno de sus gestos. La mandíbula tensa, la manera en la que apretaba el volante y pisaba el acelerador.

Las miradas que dirigía hacia el asiento del copiloto, vacío a excepción de su teléfono móvil, esperando no recibir una llamada de Horacio. O esperando recibirla. En realidad, no lo tenía claro. Quería hablar con él, pero sabía por dónde iría la conversación, y lo que menos deseaba en el mundo era hacerle daño.

Se obligó a recordarse a sí mismo que estaba haciendo eso por su bien. Carlo le llevaría a Toni, y Toni a Gustabo. Y Horacio necesitaba saber dónde estaba su hermano para poder seguir adelante.

Horacio necesitaba cerrar esa herida para que no sangrara más. Aunque siguiera doliendo. Aunque doliera el mero hecho de mirar la cicatriz.

Por eso se estaba dirigiendo hacia Carlo.

El teléfono comenzó a sonar, y Volkov quiso descolgar la llamada tan sólo para escuchar su voz. Pero el GPS indicaba que estaba muy cerca de su destino, y no podía echarse atrás ahora. Y Horacio conseguiría cualquier cosa que le pidiera. Incluso si le pedía dar la vuelta, y conducir hacia casa.

Así que, ignorando la presión en su pecho que crecía a cada segundo que pasaba, soltó el volante con su mano derecha para meter el móvil en la guantera.

Aún escuchaba el tono de llamada cuando aparcó el coche y se bajó.

La silueta de quien debía ser Carlo se recortaba en contraste al cielo anaranjado. Se acercó, sin dudarlo dos veces, mientras sus pensamientos oscilaban entre lo que estaba a punto de suceder y su teléfono móvil, olvidado en la guantera, probablemente todavía sonando.

En cuanto se encontró detrás de Carlo, éste se dio la vuelta. Lo había escuchado acercarse, pero no había sentido la urgencia de girarse. Sabía que no iba a hacerle daño.

Ninguno de los dos llevaba máscara, y ambos pudieron ver las facciones del otro a la perfección. Volkov se sorprendió a sí mismo fijándose en su maquillaje, y pensando que le gustaba más el delineado en los ojos de Horacio. Pero se obligó a volver al presente cuando vio a Carlo sonreír.

—Veo que te has recuperado de la puñalada que te di —habló, rompiendo el silencio. Volkov se mostró impasible—. Aunque, si somos realistas, no fue para tanto. Te herí más el orgullo, ¿no?

Volkov soltó un pesado suspiro.

—Creo que ninguno está aquí para... hablar de eso, ¿no? —preguntó. Su acento se marcaba más que nunca al hablar en susurros—. Ya estoy aquí. Como querías.

La sonrisa de Carlo aumentó, pero no dijo nada. A Volkov le desesperó el silencio, aunque intentó mantener la misma expresión seria.

—Mira, no soy imbécil. Sé que no vas a entregar a tu hermano —admitió. Vio sorpresa genuina cruzar la mirada de Carlo tan sólo unos segundos—. Sólo necesito que me dejes hablar con él para saber dónde está Gustabo. No... no voy a... detenerlo. No me interesa en lo más mínimo. Sólo quiero que me diga dónde está Gustabo.