↳;; ❝Volkacio AUs♡

your heart is too big for your body✨

17➪ childhood friends (amigos de la infancia)

AU dónde Volkov y Horacio tienen 7 años🥺 (el resto de personajes son inventados)

Basada en Cry Baby (Melanie Martínez) porque siempre llaman "blandengue" y cosas así a Horacio♡︎

(lo que hay en cursiva son partes de la canción, aunque la he modificado ligeramente para que concuerde mejor con la historia)

(en este OS Horacio y Gustabo todavía no se conocen porque sus familias no los abandonaron aún)

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Horacio siempre había sido un chico sensible. Nunca había pensado que fuese algo negativo, porque en las películas y libros que conocía todos los personajes eran igual de sentimentales que él. Lo veía como una virtud. Hasta que llegó al colegio. Allí, todos sus compañeros pensaban que Horacio era un blando porque lloraba por cualquier cosa. Se emocionaba fácilmente y no intentaba ocultarlo, y a algunos niños de su clase le parecía tan fuera de lo común que no podían entenderlo.

Se tomaba las cosas demasiado enserio, y después se derrumbaba.

Esa mañana no fue diferente al resto. Horacio hizo el camino desde su casa al colegio a pie, porque sus padres no podían traerlo en coche. Había llovido esa noche, por lo que el suelo tenía algunos charcos de agua y el ambiente olía a asfalto y tierra mojada. Llevaba la mochila a la espalda y caminaba a paso tranquilo.

Las clases fueron con normalidad, aburridas incluso, y llegó la hora del patio. Durante esa media hora, Horacio se sentaba bajo un árbol y comía mientras leía un libro o jugaba a algo él solo. El niño no tenía muchos amigos, porque le costaba mucho abrirse al resto, así que casi siempre pasaba el tiempo solo. No era algo que le importara, porque le gustaba estar tranquilo.

Perdió a sus amigos, pero se dice a sí mismo que no es por él, es por ellos.

Horacio era muy inocente. Le costaba entender el sarcasmo y los comentarios negativos, y había muchos niños crueles en su clase. Aunque también había niños amables.

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Volkov caminaba lento porque le dolían las rodillas. El día anterior se había caído jugando al fútbol y tenía muchos raspones, por lo que hoy no iba a poder jugar. Suspiró y se sentó en un banco, dispuesto a, por lo menos, mirar el partido de fútbol de sus amigos, pero no estaban allí.

-¡Viktor! -escuchó a sus espaldas, y se dio la vuelta-. ¿Te vienes con nosotros?

-¿No vais a jugar? -preguntó extrañado el niño de procedencia rusa. Había venido de Rusia de pequeño, por lo que sabía ambos idiomas perfectamente.

-No podemos sin ti. Vamos a hacer otra cosa, ¿vienes? -Volkov no tenía nada mejor que hacer, así que no preguntó, tan solo asintió.

Siguió a los niños, yendo un poco más atrás que ellos, hasta que se pararon bajo un árbol.

-¿Qué hacemos aquí? -preguntó Volkov, que muchas veces se sentía fuera de lugar con esos chicos. Lo único que tenían en común era que les gustaba el mismo deporte.

-Tú espera y verás -dijo uno de los niños, con una sonrisa casi maliciosa.

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Horacio salió del colegio y se dirigió a su árbol de siempre, caminando alegremente, casi dando saltitos. Se sorprendió al ver que ya había un grupo de chicos allí. No se esperaba eso, y los miró durante unos segundos, reconociendo a algunos de ellos. El capitán de fútbol que se reía de él, el ruso que no hablaba en clase,... No le dio tiempo a seguir intentando reconocer al resto, porque se dio la vuelta y se marchó antes de que alguno de ellos lo viera. Fue muy tarde.