↳;; ❝Volkacio AUs♡

fuck it I love you [ending]✨

Dónde la familia Volkov ve muy mal las relaciones entre hombres. O donde su hijo se lía con un chico en un concierto solo por hacer rabiar a su familia y acaba enamorado. Y completamente jodido. 

Parte final :(

(Horacio tiene 18 años y Volkov 19)

(la canción que menciono al final es la que está en multimedia, obligatorio ponerla para leer porque es una canción preciosa, cuando veais este emoji-> 🎶) 

*´¨'*•.¸¸.•*´¨'*•.¸¸.•*´¨'*•.¸¸.•*´¨'*•.¸¸.•

No despertó a Volkov cuando él abrió los ojos, porque sabía que lo había pasado mal, y que le venían bien algunas horas de sueño. Se frotó los ojos y se libró de los brazos del ruso, que lo agarraban con fuerza, para dirigirse a la ducha. 

Pasó un rato bajo el agua, valorando sus opciones ahora que el chico que le gustaba desde hacía bastante tiempo estaba durmiendo en su cama. Horacio seguía sin comprender cómo Volkov se había hecho un hueco en su corazón. Al principio sólo le atraía a nivel sexual, pero conforme el tiempo fue pasando y sus conversaciones profundizándose, se dio cuenta de que eso iba más allá de lo físico. 

De alguna manera que escapaba a su comprensión, Volkov se había colado entre las grietas del corazón de Horacio, y no solamente para hacerse un sitio allí, sino que directamente para convertirse en el dueño. De la noche a la mañana, se había vuelto su vía de escape de la realidad, las vendas y gasas de sus heridas. Y, de repente, veía sus ojos en el rostro de todas aquellas personas con las que pasaba las noches. Pero ninguna de esas personas era él. 

Cuando salió de la ducha, ya vestido con ropa limpia y más relajado, Volkov estaba despierto. Miraba su móvil, y Horacio pudo ver la preocupación reflejada en sus pupilas.

 —¿Cómo estás, bebé? —le encantaba usar con Volkov apodos de esa clase, sólo para ver cómo reaccionaba ante ellos. 

—¿Cómo que “bebé”? —siempre la misma reacción, como si fuera la primera vez que le llamaba así, mejillas sonrojadas y mirada que evadía la suya con timidez, como si no estuviera acostumbrado a recibir palabras cariñosas. Y probablemente no lo estaba. 

Horacio sonrió cálidamente y se sentó junto a él en la cama. Volkov seguía llevando la ropa que le había prestado Horacio anoche, y estaba bastante despeinado. Muy diferente a cómo Horacio estaba acostumbrado a verlo, siempre tan perfectamente vestido y peinado. Desde el momento en el que lo vio en la fiesta, vestido con camisa tan elegante, hasta la última foto que le había mandado, en la que llevaba incluso corbata. Deseaba verlo de manera diferente, más íntima, sentir que conocía todas las facetas de su vida, porque era a lo que aspiraba. No quería seguir siendo “el chico de la fiesta”, quería estar ahí para él. Ninguno de los dos quería seguir escondiéndose. 

Volkov estaba a punto de levantarse, pero Horacio lo abrazó y lo empujó suavemente para tumbarlo de nuevo junto a él y llenarle las mejillas de besos. 

—¿Qué te preocupa? —detuvo sus movimientos, pero no se apartó de su lado. 

—Pensaba que me habría llamado por lo menos mi hermana —suspiró y acarició la espalda de Horacio, que se movió para colocarse sobre él. 

—No te preocupes, sólo han pasado unas horas. Dale tiempo, esto debe de ser difícil para ella también —quería quitarle esa preocupación que veía en su mirada, así que siguió besando su rostro mientras acariciaba todos los centímetros de piel que sus manos alcanzaban.