↳;; ❝Volkacio AUs♡

pacify her (drabble) ✨

Capítulo cortito basado en la canción de Melanie Martínez "Pacify Her" porque mezclar a tu cantante favorita y tu OTP es un sí gigante. 

Advertencia: muchos celos y momentos de amiga date cuenta, no apoyeis este tipo de relaciones, pero este One Shot apoyadlo porfa jjsjaja

Advertencia 2: poco texto

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Volkov suspiró en cuanto apoyó su espalda contra la pared del hospital. Había sido un día extenuante, y sólo quería darse una ducha caliente y después dormir sin preocuparse de la alarma, pero sabía que no iba a ser posible por culpa de la insistencia de Conway en que se tomara un cafe con esa doctora cuyo nombre no recordaba y le parecía grosero preguntar. 

Chasqueó la lengua al pensar en la "cita". No contaba como cita si lo hacías para que tu jefe se callara de una vez y te dejara en paz, ¿no? La doctora era amable, pero Conway se había equivocado en sus intenciones. Volkov no quería nada con ella. 

La EMS le contaba una anécdota graciosa sobre un paciente que había venido hoy, pero Volkov estaba distraído. Sintió la mirada de Horacio clavarse en ellos dos unos segundos. Tras el descubrimiento de lo de Dan, habían decidido tener una buena relación, pero la cosa se había dificultado al darse cuenta de que la cercanía entre ellos no hacía más que sacar a la luz viejos sentimientos mutuos que en su día tuvieron que ser enterrados por ambos. 

Lo vio caminar hacia un pasillo, y desaparecer tras la puerta de los baños. 

—¿Me disculpas un momento? —le preguntó a la chica. No sabía por qué, pero sentía la necesidad de ir detrás de Dan, así que no aguardó respuesta y se encaminó hacia el baño. 

Dentro, solo había una persona, parada delante del espejo, con un pasamontañas negro en sus manos. 

—No deberías quitarte eso aquí —dijo Volkov, que cerró la puerta con pestillo por miedo a que alguien la abriera y descubriera la verdadera identidad del subinspector. 

Horacio no respondió, tan solo se acercó a él, con una sonrisa extraña en su rostro. 

—No deberías estar aquí, te espera tu novia —dijo, con tono sarcástico, y un brillo decidido en la mirada. Volkov frunció el ceño. 

—No es mi novia —aclaró, y se acercó de nuevo a la puerta porque la conversación estaba llendo por un camino que no le gustaba—. Anda, vamos. Tenemos que volver. 

Horacio se colocó rápidamente entre el ruso y la puerta, impidiendo que se acercará más a ésta. 

—Parece cansino estar con ella —dijo de repente. Volkov frunció el ceño con confusión. 

—¿A qué te refieres? No estoy con ella, solo hemos hablado un par de veces, y es amable —intentó apartar a Horacio, pero el chico oponía resistencia y Volkov no quería hacerle daño, así que dejó de intentarlo y se cruzó de brazos. 

—Pues yo no la soporto —aclaró Horacio, sin perder esa sonrisa sarcástica y juguetona que no pegaba nada con lo que estaba diciendo. 

—Vamos, Horacio, ¿estás celoso? Es amable, pero no me gusta en ese sentido. Si la conocieras, te caería bien —Volkov se calló un segundo en el que pareció darse cuenta de algo—. Y aún que me gustara, ¿qué? Puede que yo siga gustandote, pero tienes que entender que no soy tuyo. 

Horacio sonrió más aún y se separó de la puerta para acercarse a Volkov. Apoyó su brazo sobre el hombro del ruso, que se tensó bajo el contacto. 

—Deja de mentirle —susurró—. No juegues con ella, dile que no te gusta.

—No estoy… jugando con-- —no fue capaz de acabar la frase porque Horacio se acercó tanto a él que parecían respirar el mismo aire. 

—Dile que me quieres a mí —pidió susurrando, y antes de que Volkov pudiera quejarse, los labios del contrario se habían conectado con los suyos de manera pasional. 

Debió apartar a Horacio, dejar de besarle, decirle que no lo quería y salir de allí, pero no lo hizo, porque sería mentirse. Aún así, su orgullo impedía que fuese capaz de admitir que Horacio tenía razón, así que no habló ni hizo nada, tan solo se dejó besar. 

El pelirrojo le dio un suave empujón para que se apoyara contra los lavamanos y así poder llegar mejor a la altura del ruso sin tener que ponerse de puntillas. Volkov le hizo caso, y se apoyó en el filo de los lavamanos mientras llevaba su mano al pelo de Horacio y lo sujetaba en el sitio. Se separaron cuando se estaban quedando sin respiración, pero sus rostros seguían prácticamente igual de cerca. 

—Dile que me quieres a mí, sí que eres mío, y yo soy tuyo —repitió. Volkov solo gruñó en respuesta, pero ni él sabía si era una queja o una afirmación.

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Otro extra cortito que me apetecía escribir basado en una canción de la Melanie. Porfa no creáis que estoy defendiendo la posesividad y los celos, porque no es así, es tan solo para el OS. 

Además, la médica me cae muy bien, tan solo no la veo como pareja de Volkov. 

Mañana sigo con el reto este random que estoy haciendo.