↳;; ❝Volkacio AUs♡

date night✨

10➪ date night

Donde Volkov quiere oficializar su relación con Horacio, y deja la vergüenza a un lado para invitarlo a una cita♡︎   

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Volkov estaba especialmente extraño ese día. Estaba distraído e inquieto, y se notaba perfectamente por su expresión corporal. Daba golpecitos con las puntas de sus dedos en la mesa y no paraba de pasarse las manos por el pelo. 

Conway y él estaban sentados en el despacho del superintendente. Era un día tranquilo, por lo que habían aprovechado para ordenar denuncias de civiles, y ahora estaban trabajando en una que habían recibido esta mañana: un hombre había venido a denunciar que una mujer enmascarada le había robado el vehículo. Estaban en silencio, ocupado cada uno con sus propios pensamientos, pero Volkov no paraba de mover la pierna en un un tic nervioso, y a Conway empezaba a ponerlo de los nervios. 

—¿Puedes parar de hacer eso? —preguntó, con tono de fastidio. 

—¿Hacer el qué? —preguntó Volkov, que ni siquiera se había dado cuenta de lo que hacía. 

—Joder, ¿pero qué te pasa hoy? —preguntó Conway, que se había fijado en el comportamiento que había tenido el comisario durante la mañana. Volkov se hizo el desentendido. 

—¿A mí? Nada, ¿por qué? —bajó la vista a los papeles de la denuncia e intentó volver a centrarse en el caso. 

—¿Cómo que nada? Estas súper nervioso, ¿qué pasa? —Conway quería ayudarlo, en parte porque le tenía aprecio al chico y en parte porque necesitaba que estuviese más centrado. Además, siempre le había gustado el cotilleo. 

—Es una tontería, Conway, de verdad —Volkov suspiró, no le apetecía nada tener que contarle su vida a su superior, pero parecía no haber otra opción. 

—Es una tontería pero te tiene de los nervios, ¿qué ocurre? —Volkov suspiró de nuevo, y dejó los papeles que tenía en las manos sobre el escritorio. Se recostó hacia atrás en el asiento antes de hablar. 

—Pues… no sé, que quería hablar con Horacio… —se quedó callado después de soltar eso. 

—¿Y? —Conway cambió de expresión cuando se hizo una idea del porqué podría estar nervioso por eso—. ¿Vas a romper con él o algo? 

—Pero… ¡si no estamos ni saliendo! —se estaba empezando a arrepentir de no haber cortado esa conversación desde el principio y haber empezado a hablar con Conway, porque ahora iba a querer saber toda la historia. 

—¿Cómo que no? ¡Pero si os he visto besándoos y yendo juntos a tu casa! —Conway tenía el ceño fruncido por lo confuso que estaba. 

—Ya, pero no estamos saliendo oficialmente —Volkov tenía el rostro rojo de la vergüenza de tener que hablar de eso con Conway—. Y ese es el problema. 

—¿El problema? —Conway no entendía nada. 

—Que quiero pedirle salir oficialmente, joder. 

—Ah. ¿Y cuál es el problema? —preguntó Conway, que seguía sin entender cual era la preocupación del ruso. 

—Pues que no sé qué hacer —Volkov se inclinó hacia delante, apoyó los codos en el escritorio y escondió su rostro entre sus manos. 

—Prepárale una cena o algo  —dijo Conway, mientras centraba su atención en los papeles de nuevo. 

—Claro, ¿y le llevó también rosas y bombones, no? —Conway asintió, y Volkov rodó los ojos—. No estamos en el 1950, Conway.