↳;; ❝Volkacio AUs♡

DAY 6: couple fight ✨

DÍA 6: discusión de pareja 😪💧❌💔

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Eran las 3 de la mañana y Horacio paseaba de un lado al otro de la casa con desesperación. Intentaba controlar su respiración, cogiendo aire y contando hasta cuatro antes de soltarlo. Intentó distraerse viendo la tele, ordenando las estanterías de la cocina o limpiando el polvo del salón mientras escuchaba música. Pero era en vano. 

No podía evitar mirar el reloj a cada momento. Era muy tarde, y Volkov no solía llegar tan tarde a casa. Lo intentó llamar varias veces, pero una voz robótica decía que el teléfono al que llamaba no estaba disponible. 

—Solo se ha quedado sin batería. —intentaba autoconvencerse en voz alta.— Sí, debe de ser eso. Se quedó trabajando hasta tarde y se quedó sin batería. 

Decidió escribirle un mensaje a Volkov. 

Volkofff❤️

Cariño? 

Cuando leas esto llámame, porfavor. 

Estoy preocupado. 

Suspiró y dejó el móvil sobre la mesita del salón. Iba a volverse loco a este paso. Apagó la tele, la música y todo lo que había puesto para distraerse, y se tumbó en el sofá con los ojos cerrados. Estaba a punto de dormirse cuando oyó la puerta principal abrirse. 

-

Volkov no le había dicho nada a nadie, pero ese día se cumplía un año de la muerte de Ivanov, su mejor amigo. Salió de comisaría un poco más tarde que Horacio. 

Su novio le había dicho que lo esperaría en su piso, porque con todo el trabajo que tenían en comisaría no les quedaba mucho tiempo para hacer cosas de parejas, así que de vez en cuando Horacio se quedaba a dormir con él. 

Aún así, cuando acabó su turno, no volvió a casa. Cogió el coche y condujo hasta el cementerio. 

Había anochecido ya, y la luna estaba oculta entre las nubes, por lo que no había mucha luz. Estaba todo en silencio, salvo por el sonido de sus pisadas aplastando las hojas secas del camino de grava. De vez en cuando algunos pájaros nocturnos hacían sonidos que a Volkov le parecían extremadamente tristes, o quizás eran las circunstancias. Se había puesto una chaqueta de cuero negra por encima de su camisa, y tenía las manos dentro de los bolsillos. Caminaba a paso rápido y con la cabeza gacha, no quería mirar a su alrededor porque los cementerios siempre le habían infundido respeto. 

Cuando llegó a la tumba de Ivanov la miró en silencio. A veces, cuando lo visitaba, hablaba con él como si se reencontrara con un viejo amigo, pero esa noche no le salían las palabras. 

Se sentó con la espalda apoyada en la piedra fría de la tumba y cerró los ojos con fuerza. Hacía tiempo que no lloraba, y había pensado que quizás ya había superado esa etapa del duelo, que ahora todo sería más fácil. Pero se le formó un nudo en la garganta y las lágrimas salieron solas. 

Lloró durante un rato que le parecieron horas. Suspiraba y jadeaba de tristeza entre las lágrimas, y tenía la cabeza escondida entre sus piernas. Se sentía frágil, y odiaba ese sentimiento. 

Cuando se calmó, levantó la cabeza. Estaba aún más oscuro que antes, y el viento helado lo hizo estremecerse. Encendió su móvil para mirar la hora, eran casi las tres de la mañana. Vio todas las llamadas perdidas de Horacio. 

Un pinchazo de tristeza casi hace que vuelva a llorar, pero parpadeó rápidamente antes de dejar salir las lágrimas. Se sentía un novio horrible. No podía llamarlo, porque si lo hacía el pelirrojo sabría que algo iba mal. Llevaba mucho rato sin hablar, solo llorando, y debía tener la voz más grave y ronca que de costumbre.