↳;; ❝Volkacio AUs♡

nothing's gonna stop us now✨

Donde Volkov y Horacio huyen juntos de Los Santos en busca de una vida mejor. 

También llamado, EL VERDADERO FINAL DE LA SERIE 

este es el verdadero final de la serie amigos, lo que pase hoy en los streams es mentira. 

*´¨'*•.¸¸.•*´¨'*•.¸¸.•*´¨'*•.¸¸.•*´¨'*•.¸¸.•

Horacio aún seguía riéndose a carcajadas cuando subió al vehículo. Estaba muy risueño, y eso que ninguno de los dos había bebido alcohol esa noche. 

—¿Qué te pasa? —Volkov lo miraba con la ceja elevada, pero tenía un tono de voz divertido. 

—Nada, es que… e-es muy gracioso verte robar un coche, has multado a millones de personas por hacerlo antes —Volkov sonrió más ampliamente y apoyó su mano en el muslo de su acompañante, mientras él se limpiaba las lágrimas de risa que habían salido de sus ojos. 

—Bueno, la situación lo requería. No se lo digas a Conway —y Horacio soltó una risa mayor. 

Conway era el único que sabía que esa noche se escapaban de Los Santos. Había sido improvisado. Después de que Volkov se recuperara del disparo, Horacio mató a Pogo con toda la rabia que llevaba guardada, y se disculpó con Volkov por haber puesto en peligro su vida. 

Una vez que el resto de la mafia fue a perpetua y el peligro pasó, los dos chicos no aguantaron más la tensión, y se confesaron todo lo que sentían. Y, un mes más tarde, Horacio le pidió a Volkov que se fueran de Los Santos durante un tiempo, porque necesitaba alejarse de todo y no había viajado mucho en la vida, y le hacía ilusión. Volkov no pudo negarse. 

Se lo habían dicho a Conway hacía dos días, y le había parecido bien. Sabía lo mucho que habían sufrido ambos, y estaba muy feliz de que dos personas que quería tanto hubieran encontrado la felicidad, así que no puso pegas. Michelle y Greco le echarían una mano en comisaría, y a los chicos les venía bien pasar un tiempo a solas, haciendo cosas de pareja. 

Volkov había robado un coche mientras su propietario paraba para comprar algo en una tienda, habían guardado sus pocas maletas (porque solo llevaban lo más necesario) en el maletero, y Perla, Pablito y el gato de Volkov estaban en los asientos traseros, dormidos en sus respectivas jaulas de viaje. 

Habían conducido toda la noche por Los Santos, y ahora se dirigían al aeropuerto. Ni siquiera tenían un billete para ningún sitio, ni un plan, solo iban allí para ver los vuelos que salían por la mañana y elegir uno aleatorio. No les importaba el destino, les importaba estar juntos de una vez. 

Horacio estaba cansado, pero la adrenalina y la emoción impedía que fuera capaz de conciliar el sueño, así que se pasaron la noche hablando y bromeando. Ahora el cielo era de un azul menos oscuro que antes, estaba a punto de amanecer, y estaban conduciendo por una carretera secundaria, cruzando un bosque, rodeados de vegetación. 

—Veo veo —no les quedaba mucho de lo que hablar, pero a Horacio no le apetecía estar en silencio, solo con la música de la radio, porque los acontecimientos con Gustabo aún eran demasiado recientes, y, lamentablemente, los malos pensamientos no podían dejarlos en Los Santos, sino que tendrían que cargar con los fantasmas del pasado allá donde viajaran.

Era uno de los motivos por los que eran felices juntos, porque se mantenían cuerdos el uno al otro. Eran su razón de seguir adelante, y si la oscuridad y el frío engullía poco a poco a alguno de ellos, el otro siempre estaba allí para aportar un poquito de luz y calor. 

—¿Qué ves? —y aunque a Volkov el juego le parecía extremadamente aburrido, sabía que el silencio hacía daño a su novio, así que buscaba distraerlo todo el tiempo, llenar ese silencio.