↳;; ❝Volkacio AUs♡

when the party is over ✨

(de nuevo título que no tiene nada que ver)

DÍA 3+4: vodka + intento de coqueteo (los junté porque ayer no pude acabarlo, lo siento)

AU dónde Volkov es un alumno de policía y Gustabo y Horacio delincuentes juveniles (importante: este AU es la parte 2 de uno que ya escribí, se llama "arrested" mejor leelo antes de leer este porque si no no vas a entender nada y te vas a quedar así 👁️👄👁️)

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Lo besó con fuerza, acorralando su cuerpo contra los asientos traseros del coche. Sabía que lo que estaba haciendo estaba mal, que si lo descubrían lo despedirían, pero la poca fuerza de voluntad que le quedaba se disolvió cuando el otro chico rodeó su cintura con sus piernas. Agradeció haber cogido su coche en lugar del patrulla, porque así no tendría que preocuparse por los micros y las grabaciones cuando acabaran.

Ni siquiera sabía cómo demonios había acabado así, solo sabía que no podía parar ahora, se sentía mareado y acalorado, y no solo por el vodka.

Unas horas antes…

Volkov se ajustó los botones superiores de su camisa color vino y se adentró en el local. Sus gafas oscuras dificultaban que pudieran reconocerlo, y tampoco es como si un alumno de policía fuese a pasar las noches en esa clase de locales, así que su tapadera era válida.

Llevaban tiempo buscando a ciertos sujetos que sospechaban que se dedicaban a vender droga, y sabían que no sería fácil detenerlos porque no tenían pruebas. Así que eligieron a Volkov, un alumno que los traficantes no conocían, para que intentara comprarles droga y confirmar así que ellos eran los hombres que buscaban.

Era la primera vez que el ruso participaba en una investigación de ese estilo, y decir que estaba nervioso era poco. Pero era capaz de disimularlo con su rostro serio y mirada helada.

Se sentó en una de las esquinas de la barra y pidió un vodka, preparándose mentalmente por si veía entrar a la gente que buscaba. Los minutos pasaban y más personas se adentraban en el local, risueñas y buscando pasárselo bien. Supo que había tenido suerte cuando vio entrar al hombre que buscaba, casi tan alto como él y acompañado de algunos de sus amigos, que parecían peligrosos.

Pero toda la buena suerte que había tenido hasta ahora desapareció en el instante en el que vio entrar en el local el primer rostro conocido de la noche. O, más bien, el primer peinado conocido de la noche. Teñida de azul, la cresta de Horacio destacaba tanto como la última vez que lo había visto.

Se puso rojo al verlo llegar junto a Gustabo y más gente que no conocía e intentó esconderse dándose la vuelta. Esperaba que la penumbra del lugar, el ángulo de visión y sus ropas discretas le impidieran ser reconocido.

No había hablado con Horacio mucho desde que él salió de prisión. Le había dado su número de teléfono, tal y como el menor había insistido que hiciera, pero no habían vuelto a verse. Habían compartido un par de mensajes, y Horacio las primeras semanas le mandaba muchas fotos, pero ni siquiera se habían llegado a llamar. Y Volkov supuso que él habría sido un capricho más para Horacio y se le habría pasado en cuanto pudo volver a salir de fiesta y conocer gente nueva. Gente más atractiva e interesante que él.

Y Volkov se avergonzaba del comportamiento que había tenido. ¿Cómo pudo darle su número de teléfono, información personal, a un delincuente? ¡Podría haberlo usado en contra suya! Volkov quería pensar que era eso lo que le hacía sentir vergüenza, pero en el fondo, muy en el fondo, sabía que lo que le dolía era que a Horacio se le hubiera pasado tan rápido lo que sentía por él, fuera lo que fuera.