↳;; ❝Volkacio AUs♡

bloody love✨

Donde Volkov es un vampiro parte final. O donde toman una decisión. 

*´¨'*•.¸¸.•*´¨'*•.¸¸.•*´¨'*•.¸¸.•*´¨'*•.¸¸.•

Volkov había accedido a pasar tanto tiempo con Horacio como lo hacían antes, ignorando todos sus sueños, deseos e instintos más privados y enterrandolos lo más profundo posible. Y Horacio había aceptado que Volkov no quería morderlo, aunque de vez en cuando volvía a pedírselo y a enumerarle las razones por las que sería muy guay para él ser un vampiro. 

Volkov se dirigía a un código 3 en una gasolinera. Al llegar, vio a Gustabo negociando con los dos atracadores y a Horacio hablando animadamente con otro policía que no conocía. 

—¡Volkov! —lo saludó con energía al verlo y se acercó a él. 

—Hola, ¿cómo va Gustabo? 

—Bien, creo. Quieren un tiroteo, así que han negociado rehén por tirador —informó, mientras Volkov veía a Gustabo encender la radio que llevaba en su hombro. 

—Rompemos negociaciones en 10… 9… 8… —el rubio se colocó detrás de un vehículo policial.

7...

Horacio corrió hasta esconderse detrás de la pared del edificio más cercano, teniendo un ángulo bastante bueno de la puerta. 

6…

Volkov y el otro agente decidieron intentar encontrar al tirador. 

5…

Que fuera de noche dificultaba que pudieran ver al tirador, pero también podían aprovechar la oscuridad a su favor y ocultarse mejor. 

4… 

Volkov se escondió detrás de unos arbustos, que con la oscuridad eran casi invisibles para un posible tirador. 

3… 2… 1...

Volkov dio un disparo de advertencia en el tejado del edificio amarillo, y alguien le disparó de vuelta. 

—Tirador encontrado, procedo a abatirlo —informó Volkov, e intentó disparar al tejado del edificio para que el tirador se moviera y pudiera tenerlo a tiro. 

El hecho de haber vivido siempre de noche ayudaba a que su vista estuviese acostumbrada a la oscuridad, así que podía percibir el mínimo movimiento en el tejado del edificio. Antes de que fuera capaz de apretar el gatillo, un disparo procedente de otro lugar lo sobresaltó ligeramente. 

—¡Tirador abatido! —exclamó Horacio, y Volkov pudo imaginar la sonrisa de suficiencia que debía de tener en ese momento—. A chuparla, payaso. 

—Tranquilizate, Horacio —pidió Volkov, mientras regresaba a su posición inicial y se ocultaba tras uno de los vehículos para vigilar la puerta. 

Pero Horacio acababa de abatir al tirador y se sentía lleno de energía y adrenalina. 

—Tenemos que entrar, yo voy delante, vosotros cubridme —decretó, y corrió desde su posición hasta colocarse a uno de los lados de la puerta. 

—Horacio, quieto, calmate —Volkov corrió hasta colocarse a su lado. 

—A la de tres —Gustabo y el otro agente se colocaron por el otro lado—. 1… 2… 3

Gustabo y Horacio entraron primero, y una lluvia de disparos en todas direcciones cayó sobre los cuatro policías y los dos atracadores. Volkov fue capaz de disparar a uno de los dos atracadores, y vio cómo Horacio abatía al segundo. Puede que el  chico no fuera el mejor policía del mundo y quizás algo infantil, pero tenía una puntería increíble.