↳;; ❝Volkacio AUs♡

perfect now [2]✨

Donde Volkov y Horacio llevan juntos 5 meses (parte 2 del au "Perfect now", recomiendo leerlo para entender este)

Aviso: este AU es puro soft, sin mucha trama en sí. Me apetecía simplemente escribir una dosis de azúcar sin más, sin lloros y sin drama.

(Los lloros y el drama me los guardo para el au de la semana que viene jeje)

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El vaho que salía de su boca, mezclado con el humo del cigarrillo, se perdió en el ambiente frío. Dio las últimas caladas, y lo apagó contra el suelo.

Después, abrió la puerta del establecimiento.

Esperó pacientemente a que Horacio acabara de dar las instrucciones del cuidado del tatuaje a uno de sus clientes, y una vez éste se fue, él se acercó a su pareja.

—¿Cómo va todo? —le preguntó, sin siquiera saludar antes. Horacio rió.

—Bien, no te preocupes —respondió, rodeando el mostrador para darle un beso.

—¿Has comido? —Volkov siempre se preocupaba de que el nuevo trabajo de Horacio no ocupara demasiado su tiempo, ni consumiera en exceso sus energías.

—No. Iba a hacerlo ahora, ese era el último cliente —se giró para anotar algo en un cuaderno negro, pero devolvió la vista a Volkov cuando lo escuchó hablar.

—Yo te invito —Horacio se mordió el labio, intentando reprimir una inevitable sonrisa.

—Está bien, pero tengo que recoger unas cosas antes —dijo, dirigiéndose a la zona donde tatuaba para limpiar un poco y colocar los productos que había utilizado—. ¿Me ayudas con esto, cariño?

—Claro —Volkov no tenía ni idea de qué era de lo que tocaba, pero eso no le impedía ayudar a su novio.

Horacio llevaba tres semana en ese empleo. Había conseguido compaginar sus horas con la universidad de arte, lo cual lo dejaba exhausto, pero muy orgulloso de sí mismo. Amaba lo que estudiaba y amaba su trabajo, y no mucha gente podía decir lo mismo.

—Yo me ocupo de esto —dijo, y Volkov asintió, apartándose.

Mientras Horacio acababa de recoger todo, él se permitió pasear por la tienda, acercándose a los libros donde ofrecían algunos diseños para la gente que no tuviera claro qué tatuarse. Pasó las hojas desinteresadamente. Al contrario que a su pareja, a él nunca le habían entusiasmado mucho los tatuajes.

Vio ejemplos de diseños pequeños de calaveras, flores, o signos de infinito, pero no se paró en ninguno.

Pero un dibujo en especial sí le llamó la atención. Era una mariposa, pero el cuerpo estaba formado por un puñal. Ni siquiera supo qué le gusto del diseño en sí, pero se quedó mirándolo durante unos minutos, repasando todas las líneas con su mirada.

—¿Te gusta ese? —preguntó Horacio, que no se había perdido sus gestos.

Volkov se ruborizó un poco.

—Es bonito —admitió, apartando la mirada para dirigirla a Horacio, que ya se había puesto el abrigo, listo para salir.

Asintió en respuesta, aproximándose a Volkov.

—¿Cuándo me vas a dejar tatuarte? —preguntó. Volkov rodó los ojos, con una sonrisa.

—No lo sé... —respondió, devolviendo su mirada al diseño—. Por ahora no. Quizás algún día... pero uno pequeño, como este.