Donde tienen el final que se merecen (parte 2)
(Os recuerdo que en este AU viven en Niza, Francia)
*'¨'*•.¸¸.•*'¨'*•.¸¸.•*'¨'*•.¸¸.•*'¨'*•.¸¸.•
Horacio se deja caer en el sofá con un suspiro después de dejar las bolsas de la compra sobre la encimera de la cocina. Cierra los ojos y se permite un respiro.
Ha sido un día ajetreado, a pesar de tenerlo libre en cuanto a su preparación para los exámenes físicos del cuerpo de bomberos, dentro de tres semanas. Hoy se ha dedicado a tareas cotidianas que tanto él como Volkov habían estado posponiendo hasta el fin de semana, entre las que ir a comprar había ocupado gran parte de su tarde.
—¿Me ayudas a meter las cosas en la nevera? —pide Volkov. Horacio suspira, pero se levanta porque sabe que, de no ser absolutamente necesario, Volkov no se lo habría pedido. Después de un año con él, lo conoce bastante mejor de lo que cualquier otra persona ha sido capaz.
Un año.
Un año juntos, en todos los sentidos de la palabra. Físicamente, viviendo en la misma casa, durmiendo en la misma cama. Y, emocionalmente, más juntos que nunca. Siempre habían tenido esa conexión especial que no habían encontrado con nadie más, por mucho que lo hubieran intentado. Había algo -que jamás habían podido explicar con palabras- que había nacido entre ellos nada más conocerse y nunca más se había ido. Volkov se había intentado arrancar ese algo, negándose a sí mismo cualquier oportunidad de ser feliz, y Horacio había intentado ignorarlo hasta hacerlo desaparecer.
Pero no había funcionado, y por ese motivo se habían buscado siempre. Desde los pasillos de la comisaría de Conway -donde muchas veces no hablaban, sólo cruzaban miradas rápidamente- hasta cruzar océanos para encontrarse.
Para hallar un equilibrio. Ambos han tenido que hacer sacrificios, pero están agradecidos por todo lo que tienen, empezando por el uno al otro, y siguiendo por un techo, comida, calma, a Charlotte y Mika, trabajos estables y mucho menos peligrosos, y más cosas en la lista que ambos se obligan a sí mismos a añadir. No pueden permitirse no sentir agradecimiento, cuando en algún momento ambos llegaron a creer que una vida así jamás sería para ellos.
Ambos han estado tan solos y han tenido tanto miedo, que la actualidad es como un pequeño oasis de paz. Y mentirían si dijeran que no se despiertan cada día con miedo de salir de esa burbuja y volver a la amarga realidad en la que habían vivido toda su vida, aunque ambos le juren al otro que eso no va a suceder.
Cuando terminan en la cocina salen juntos al jardín, donde Charlotte se está encargando de sus flores. Caminan juntos, y Volkov tiene apoyada su mano derecha en la espalda baja de Horacio mientras avanzan en su dirección.
—Hola, mamá —saluda Horacio. Ella se gira y les sonríe, devolviéndole el saludo a ambos. Está ocupada, y ellos no quieren molestarla, así que se sientan en el césped algo más atrás para disfrutar un rato del sol.
Horacio no tarda en invadir el espacio personal de Volkov, tal y como siempre hace -cosa que al ruso no le molesta ni la mitad de lo que hace unos años pensó que le molestaría- para hacerse un sitio entre sus piernas y recostarse en su pecho. Cierran los ojos y se mantienen así un ratito, disfrutando del silencio y del calor sobre su piel, hasta que Charlotte acaba y se sienta a su lado. Se sonríen.
Son una familia. No de sangre, y tampoco han pasado mucho tiempo juntos a lo largo de su vida -hasta este último año-, pero ahora lo son.
-
—¿Y esta? —pregunta Horacio, tras abrocharse el último botón de la camisa.
Se gira para que Volkov lo vea de frente, y después da una vuelta sobre sí mismo. Volkov, que estaba recostado en la cama, se pone de pie para acercarse y observarlo mejor.
ESTÁS LEYENDO
↳;; ❝Volkacio AUs♡
FanficRecopilación de One Shots que me apetecía hacer para la Volkacio week a pesar de llegar mil años tarde. · · ─────── ·本· ─────── · · Probablemente añada más one shots o drabbles porque estoy muy aburrida todo el tiempo y llorar por píxele...