↳;; ❝Volkacio AUs♡

strawberry shortcake✨

Drabble muy cortito basado en 'Strawberry Shortcake' de Melanie Martínez. O donde Horacio es inseguro sobre su fisico y su novio intenta que cambie su opinión. 

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Llegó a casa de Volkov exhausto. El ruso todavía no había salido de servicio, así que para entrar había tenido que usar la copia de las llaves que le había hecho Volkov después de llevar unos meses de relación. 

Horacio había aprovechado su tiempo libre para ir a comprar ropa nueva, uno de sus pasatiempos favoritos, pero no se la había probado antes de comprarla, porque era siempre lo mismo: se enamoraba de una prenda de ropa, se la probaba, le quedaba fatal, la dejaba en su sitio y se iba a casa. Así que, últimamente, no se probaba la ropa hasta llegar a casa. 

Suspiró y se dirigió a la habitación de Volkov, que ahora era prácticamente la habitación de ambos, y se puso frente al espejo de cuerpo entero para poder ver su reflejo completo. Lentamente se quitó la camiseta, pero no miró su torso desnudo, sino que se puso rápidamente una de las prendas de ropa que había comprado. 

🍓【feeling unsure of my naked body 】

Y, como siempre, se vio horrible. Sabía que tenía un cuerpo que podría considerarse atractivo, que encajaba en los cánones de belleza de la sociedad, pero eso no significaba nada para él. La belleza y la autoaceptación no tenían que ver con el resto, con lo que los demás pensaran de ti, sino con lo que tú pensaras de ti mismo. 

🍓【 stand back, watch it taking shape 】

Se quitó la prenda de ropa y observó su torso desnudo, salpicado de cicatrices (consecuencia de su trabajo en el CNP) y lunares. El problema estaba dentro de él, no fuera, en su cabeza. Por muchas personas que halagaran su fisico, siempre había una vocecita dentro de su cabeza que le decía que mentían. 

Por eso se compraba toda esa ropa bonita, se teñía el pelo de colores y se maquillaba, porque buscaba embellecer su imagen. 

🍓【 wandering why I don't look like Barbie】

Porque por mucho que bromeara con lo sexy que era, nunca llegaba a creérselo, y esa autocrítica constante lo destrozaba psicologicamente cada vez más. 

—¿Horacio? —la voz de su novio rompió el silencio del dormitorio, no lo había escuchado llegar. Se puso rápidamente la camiseta mientras se daba la vuelta para que no lo mirara—. ¿Estás llorando? 

Mierda. Se llevó las manos al rostro. ¿Estaba llorando? Ni se había dado cuenta hasta que Volkov lo había mencionado. 

—Es que me entró algo en el ojo… —usó la excusa más básica a la que su mente pudo llegar en ese momento de bajón, a la par que intentaba disimular el tono roto de su voz. Volkov lo miró con una ceja alzada, pero enseguida su rostro volvió a transformarse en uno de preocupación. 

—¿Qué ocurre? ¿Ha pasado algo? —se acercó y buscó su mano para tirar de él hacia su cuerpo. 

—No, de verdad, es que es una tontería —y para Horacio de verdad lo parecía. No sabía cómo reaccionaría Volkov si le confesaba que lloraba por culpa de sus inseguridades físicas, y no tenía ganas de averiguarlo. 

—Una tontería que te ha hecho llorar —intentó que se lo contara, pero tampoco quería forzarlo si no quería hacerlo. Lo único que quería hacerle saber era que él estaría a su lado para ayudarle en todo, pero a Volkov se le daban fatal estas cosas y no era capaz de verbalizarlo con palabras—. Si no me dices lo que es, Horacio, no voy te a poder ayudar.