NA: Este capítulo no ocurre dentro de la línea temporal actual de la historia, sino unos meses antes.
***
POV Angie.
Según las indicaciones de Fer, ésta es la parada en la que me tengo que bajar para llegar al salón donde será la fiesta, así que así lo hago. Aún tengo que caminar como tres cuadras hasta allá, pero al parecer no hay ningún otro transporte que me deje más cerca. Cuando me bajo me doy cuenta de que del microbús que se detuvo detrás de en el que yo venía se está bajando alguien a quien reconozco. Me acomodo el cabello casi de forma inconsciente y le hablo antes de darme tiempo de acobardarme.
—¡Jensen! —exclamo.
Se sobresalta al escucharme y voltea a verme frunciendo el ceño.
—¿Ángeles? Hola —dice en tono de duda.
—¿Vas rumbo a la fiesta de Salvador? —le pregunto mientras me acerco a ella.
Dios santo, sus ojos color miel son tan bonitos que me cuesta trabajo no poner mi peor cara de boba.
—Sí —responde, aunque no parece muy segura—. ¿Tú también? —me mira entre sorprendida y extrañada.
—Joaquín me convenció —le cuento—. Aún no estoy segura de si es buena idea.
—Entonces estamos en la misma situación —murmura—. Cómo sea, vamos.
Cruzamos la calle caminando lado a lado, y no puedo evitar observarla de reojo. Trae puesta una blusa verde militar y unos jeans negros, y aunque para mi gusto es una combinación demasiado simple, ella la hace lucir de maravilla.
—¿Acaso ya estás considerando darle una oportunidad a Chava? —me cuestiona cuando llegamos al otro lado de la calle.
No detecto en su voz ningún deje de celos, de amargura, o de ningún otro sentimiento negativo, sino simple curiosidad, y antes de poder contenerme suelto una fuerte risotada, una que sin duda me hubiera hecho ganarme una mirada de reproche de mi madre si estuviera aquí.
—¡Claro que no! —espeto—. No, solo... no sé, Chava no me cae mal ni nada, entonces ¿por qué no?
—Ah, pensé que a lo mejor te interesaba —me dice.
—No —replico de inmediato—. No me interesan los hombres, en absoluto.
Formulo mi respuesta de forma ambigua a propósito. La miro de reojo intentando averiguar si su expresión me da algún atisbo de cómo interpreta mis palabras, si como una simple afirmación de que no me interesa estar en una relación, o como la verdad, que no me interesan los hombres porque a mí me atraen las mujeres.
—Ya, es comprensible —musita Jens—. Men are trash.
Fuerzo una pequeña risa.
Vale, entonces no lo entendió del modo que yo quería. Está bien, no importa.
¿A quién quiero engañar? Claro que me importa. Y no solo porque sea Jen, no solo porque ella, sus preciosos ojos color miel y su cabello gris con las puntas de colores, lleven meses llamándome la atención, sino porque esto es así siempre, con todo mundo.
La gente que me ve, incluso la de mente más abierta, jamás piensa que soy algo distinto a una chica heterosexual, y odio que así sea. Se asume la heterosexualidad de todo mundo, sí, pero es peor cuando te ves de cierta forma. Como en el caso de los gays que no son muy "afeminados", o las lesbianas que por el contrario somos demasiado "femeninas". Mi apariencia física no debería ser algo que validara o invalidara mi orientación sexual, pero para la sociedad es así, por desgracia.
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Posdata [Emiliaco]
RomanceEmilio es un joven de diecisiete años, que está cursando su último semestre de preparatoria mientras se prepara para entrar a la universidad y estudiar lo que le ha apasionado toda la vida: historia. Todo parece bastante simple en su vida, hasta que...