Cuando llego a la escuela el lunes, me sorprendo al encontrar a mi novio ya en el salón.
Faltan más de veinte minutos para las siete, ni siquiera Fer ha llegado todavía, y es raro que él llegue tan temprano. Yo también llegué antes de lo habitual, porque mi mamá tenía que llegar pronto a la universidad para preparar un examen que va a aplicar hoy.
Me quedo mirando a Joaquín desde la puerta por un momento. Está concentrado dibujando algo, con sus audífonos puestos, y... dioses benditos, casi me cuesta creer que es real.
Verlo dibujar, o escribir, es algo sublime. Pareciera transportarse a un mundo distinto, uno donde solo habitan él y su arte, donde queda de lado cualquier otra cosa. Su gesto de total abstracción me parece adorable, y con gusto podría observarlo por horas.
Pero me obligo a comenzar a avanzar hacia él. Levanta la vista cuando ya estoy solo a un par de metros, y una enorme sonrisa asoma en sus labios mientras se quita los audífonos.
—Hola, amor, buenos días —me saluda.
—Buenos días, mi amor —susurro, sonriéndole de vuelta. Llego hasta él y me inclino para besarlo en los labios—. Llegaste temprano.
—Es que mi mamá me trajo —me dice.
Me dejo caer en mi silla y lo miro extrañado.
—¿No me habías dicho que se desvía muchísimo de su trabajo si viene a dejarte?
—Sí, por eso nos vinimos tan temprano —explica—. Mi mamá insistió, y logró convencerme hoy, pero voy a hablar con ella para que no se repita, porque lo de despertarme tan temprano me gusta todavía menos que viajar en metro —refunfuña—. Aunque al menos pude aprovechar para dibujar.
—Cierto, ¿qué dibujas? —le pregunto.
Me pasa su bloc de dibujo para que lo vea yo mismo. Es un dibujo a lápiz de varias personas, todas distintas entre sí, y usando ropa en la que se pueden leer distintos pronombres. Hay ellas, ellos, elles, y en el centro del dibujo se puede leer algo: "Respeta los pronombres".
—Es el boceto apenas —comienza a explicarme—. Hasta que esté en mi casa y tenga mis cosas voy a ponerle color, y también me falta añadirle unas cosas.
—¿Para qué es?
—Chava y yo íbamos platicando el otro día, mientras me llevaba a mi casa, y Mar salió en la plática —responde—. No está siendo fácil para elle todo el asunto de salir del clóset como no binarie, hay mucha ignorancia alrededor —se ríe con amargura—. Hay mucha ignorancia respecto a muchas cosas, pero a la gente le cuesta menos trabajo entender la homosexualidad, por ejemplo, que entender que una persona no se identifique como hombre o mujer —señala hacia su dibujo.
—Y a muchas personas, por desgracia, les cuesta respetar lo que no entienden —murmuro.
—Exacto, y es lo que le pasa a Mar y a muchas personas trans y no binarias.
—¿Y en qué parte de esto entra tu dibujo? —inquiero.
—Ah, sí, mi dibujo entra en que a Chava y a mí se nos ocurrió que podríamos hacer algo, empezar una especie de campaña aquí dentro de la prepa para... ¿promover? No sé cual sea el término correcto, pero queremos hacer algo para que más gente entienda lo importante que es respetar los pronombres de otres —me dice—. Sé que quizá no podemos hacer mucho, pero algo es algo.
Me le quedo viendo con expresión maravillada, y no encuentro qué responderle.
—¿No te parece buena idea? —me pregunta.
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Posdata [Emiliaco]
RomansaEmilio es un joven de diecisiete años, que está cursando su último semestre de preparatoria mientras se prepara para entrar a la universidad y estudiar lo que le ha apasionado toda la vida: historia. Todo parece bastante simple en su vida, hasta que...