Capítulo 62. Deudas saldadas.

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—Quizá debí hacer lo mismo que Fer e ir a la estética a que me peinaran —escuchamos quejarse a Jen desde dentro del baño—. ¿Fer, puedes ayudarme con esto?

—Ahhhh, estoy algo ocupada con el ojo de Emilio —responde mi amiga, que efectivamente está ocupada poniéndome delineador—. Y tampoco me he vestido todavía.

—Yo puedo ayudarte, Jen —ofrece Chava, que está recargado en mi escritorio sin hacer nada, pues al igual que yo, él ya prácticamente ha terminado de vestirse.

—¿Sabes usar un rizador de cabello? —pregunta ella, sonando algo insegura.

—Eh... —mi amigo se queda pensando—. No, pero una vez ayudé a mi mamá a plancharse el pelo y salió bien.

—Me sirve —dice Jen, saliendo del baño con el rizador en la mano y su cabello a medio arreglar. Se deja caer en la silla de mi escritorio y le extiende el aparato a Chava—. No quemes mi cabello y haz que se vea rizado, por favor —le pide.

—Una parte de mí desearía haberles dicho que el código de vestimenta para el baile de graduación era ropa deportiva —murmura Fer, aun enfocada en mi ojo—. Esto de arreglarse requiere mucho esfuerzo, no había pensado en eso.

Nos estamos alistando para el baile de graduación. Decidimos repartirnos en dos grupos, procurando que las parejas quedaran separadas entre sí. El primero de esos grupos —Fer, Jen, Chava y yo— nos estamos preparando en mi casa, mientras que mi novio y el resto de mis amigues están en casa de Josh. Mi mamá nos llevará en un rato para allá y después hacia el salón donde será la fiesta.

El baile empieza oficialmente a las nueve, pero como Fer es la organizadora principal, tenemos que estar ahí desde un poco antes, para verse con quienes le rentaron el salón y con otras personas que le ayudaron al final con la organización. Justo ahora son las seis y veinte, y estamos haciendo todo lo posible por estar listos para salir de aquí a las siete.

Mientras veo de reojo como Chava empieza a batallar con el peinado de Jens, pienso que será toda una suerte si lo conseguimos.

Fer me observa detenidamente y por fin parece conforme con mi maquillaje.

—Creo que es el mejor delineado que he hecho en mi vida, es una lástima que no esté en mi cara —dice.

—El delineado y en general el makeup que está en tu cara es una maravilla —le digo, estirándome por un espejo para verme—. Te ves incluso más guapa de lo normal.

—Lo sé, pero no lo hice yo —responde—. En fin, ¿te gusta cómo quedaste?

—Me encanta, gracias —le sonrío ampliamente—. Eres libre de ir a cambiarte.

—Perfecto. —Toma la funda en la que está su vestido y se encamina hacia el baño, aunque antes de entrar se gira hacia Chava y Jen—. ¿Necesitan ayuda?

—Creo que me las estoy arreglando bien con esto —contesta Chava—. Ve, si necesito ayuda aquí está Emilio —añade.

Volteo a verlo, no sintiéndome muy seguro de ser de alguna utilidad si llega a haber una crisis con el cabello de Jen. La última vez que pasé por una crisis relacionada con el cabello de alguien fue con el mío, y acabé cortándolo.

Aunque justo hoy me resulta un alivio el haberlo hecho, pues no tengo que poner ningún empeño considerable en peinarme, únicamente le doy algo de forma a mi pelo con un poco de cera y listo. Me observo a mí mismo en el espejo de cuerpo completo que tomé prestado de la recámara de mis papás y me agrada como me veo.

El único toque de color en mi atuendo es el saco con detalles en dorado que aún espera por mí en mi closet. Por ahora estoy vestido completamente de negro, pues tanto mi camisa como mi pantalón son de ese color. Me recuerda un poco al modo en el que estaba vestido durante la fiesta de cumpleaños de Chava, y solo espero que esta vez pueda bailar mucho más tiempo con Joaquín —y besarlo, por supuesto— sin acabar desmayándome.

Posdata [Emiliaco]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora