Carta 69. H.C., Guadalajara
Mi amor.
Tal como te conté en mi última carta, en enero vine a Guadalajara para visitar a Javier, y después de eso decidí quedarme para trabajar aquí unos meses.
Me imagino que te preguntarás como fue la visita a mi hijo. Como ya te había dicho, es un niño muy alegre, bueno y listo. Su mamá me dejó a solas con él casi una hora, y estuvimos platicando y jugando a las canicas y al trompo. Este último se lo regalé yo mismo.
Susana ya había hablado con él antes de mi llegada, así que Javier ya sabía quién era yo. No me llamó "papá", pero no me siento con ningún derecho a pedir tal cosa. No he sido un padre para él, no pude ni siquiera quedarme a su lado, así que no me lo merezco. Además, existe un hombre que sí ha sido una figura paterna para él, así que si alguien merece ese título es él, el esposo de Susana.
Le prometí a Javier que haré lo posible por volver el año que viene, o antes de ser posible, y espero que así sea.
No siento que me lo merezca, pero agradezco infinitamente que me estén dando la oportunidad de acercarme aun después de todo lo que pasó.
Espero que estés muy bien, mi amor. Te amo.
Posdata. Contando cada gota de agua en el mar, cada grano de arena en el desierto...
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Carta 70. H.C., Guadalajara
Mi amor.
¿No suele ocurrirte que la nostalgia te invade y no logras dejar de pensar en lo que pudo haber sido?
Me ha pasado mucho últimamente. Pienso, ¿cómo hubiera sido nuestra vida si hace dieciocho años yo hubiera elegido quedarme trabajando en tu hacienda? ¿O si tú hubieras decidido venir conmigo? Sé que no tiene caso siquiera pensar en eso, que los hubieras no existen, pero no puedo evitarlo.
¿Hubiéramos encontrado un modo de ser felices sin tener que separarnos?
No lo sé, nunca lo sabremos.
Te amo, por siempre.
Posdata. Contando cada gota de agua en el mar, cada grano de arena en el desierto...
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Carta 71. H.C., Puebla
Mi gran amor.
Perdón por mi última carta, de verdad. No pudiste responder a mis cuestionamientos, y no puedo ni mucho menos reclamarte, al contrario, te repito que lo siento.
Te dije que ya no iba a atormentarte con esas preguntas, mucho menos, tal como lo dijiste, a estas alturas de nuestra vida, pero te fallé.
Tu única respuesta, con la que estoy de verdad de acuerdo, es que en cualquiera de esos hubiera, nuestro amor habría sido la constante.
Y te lo repito, como siempre, con el corazón en la mano, que te amo. Y lo haré por el resto de mis días, sin importar cuántos sean.
Posdata. Contando cada gota de agua en el mar, cada grano de arena en el desierto...
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Carta 72. H.C., Puebla
Mi gran amor.
Antes que nada, te cuento que vine a visitar nuevamente a Francisco. Igual que los años anteriores me está dejando quedarme en su casa. Él y su familia me hacen sentir siempre tan bienvenido que incluso pasados tantos años me resulta raro.
Hablando de familia... Apenas puedo creer que Emilio tiene una novia y que se las ha presentado. Aún recuerdo cuando tuvo su primera "novia" en forma de berrinche cuando Esperanza apenas iba a nacer.
Parece haber sido ayer, pero han pasado al menos diez años ya. También parece haber sido hace días cuando me contaste que nació tu primogénito, y ahora ya tiene más de dieciséis años, ya es casi un hombre. E incluso ha descubierto ya lo que es el amor, lo cual es maravilloso.
Y tú y yo seguimos aquí, escribiendo estás cartas, amándonos como siempre. A veces me cuesta creer la suerte que tuve al encontrarte, y al tenerte, aunque sea de este modo.
Te amo infinita y eternamente.
Posdata. Contando cada gota de agua en el mar, cada grano de arena en el desierto...
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Posdata [Emiliaco]
RomanceEmilio es un joven de diecisiete años, que está cursando su último semestre de preparatoria mientras se prepara para entrar a la universidad y estudiar lo que le ha apasionado toda la vida: historia. Todo parece bastante simple en su vida, hasta que...