Cartas 1. 1929.

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H.C., Guadalajara

Mi amor.

Prometí escribirte cuando llegara la primavera, y aquí me tienes, cumpliendo mi palabra. Esperaré tu carta antes de irme de la ciudad, y así lo haré con todas las cartas por venir, te diré de dónde te escribo, y ahí mismo esperare por tu respuesta. Una carta al inicio de cada estación, cuatro cartas por año. Te juro nunca faltar a mi palabra.

Guadalajara es bonito, creo que podría quedarme un buen tiempo por aquí. Sería aun más bello si pudiera contemplar el atardecer a tu lado. Eso hago justo ahora, veo caer el sol. ¿Puedes asomarte a ver el atardecer hoy? Imagina que lo estoy viendo a tu lado.

No sé que tan larga debería ser esta carta, ¿qué tanto quieres saber de mi vida lejos de ti? ¿Qué tanto quiero saber yo de la tuya?

¿Cómo es estar casado y ser el hombre de la casa? Ya debes llevar más de dos meses casado cuando recibas esta carta. ¿Extrañas a tu padre?

No han pasado ni cuatro meses desde que nos separamos, y aun así mis entrañas duelen de extrañarte. Recuerdo las palabras que dijiste el día que nos despedimos: "Quizá vuelva a sentirme feliz, pero nunca volveré a sentirme completo". Yo tampoco. Faltas tú aquí.

Esperare con ansias tu respuesta.

Posdata. Contando cada gota de agua en el mar, cada grano de arena en el desierto...

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H.C., Guadalajara.

Mi gran amor.

Me dio gusto leer tu carta. Es bueno saber que vives en paz y que estás acostumbrándote bien a esta nueva etapa de tu vida.

Tú y yo sabemos que así es como tenían que ser las cosas, y la resignación es la mejor actitud que podemos tomar, lo sabes tan bien como yo.

Eso no quita que te ame y te extrañe con toda la fuerza de mi alma.

Me dijiste que te gusta que te cuente de los lugares donde esté, para que puedas imaginar que viajas a mi lado.

No me he movido de Guadalajara en los últimos meses, y supongo que no lo haré hasta el otoño. Paso casi todos mis días a las afueras de la ciudad, en los campos de cultivo, pero a veces voy al centro de la ciudad y me dedico a pasear por las calles. La catedral es preciosa, intentaré conseguir una postal para que puedas verla.

Cuento los días para recibir tu siguiente carta. Recuerda que te amo.

Posdata. Contando cada gota de agua en el mar, cada grano de arena en el desierto...

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H.C., Durango

Mi gran amor.

Han pasado tres meses desde mi ultima carta, tal como lo acordamos.

Escribirte cuatro cartas al año no será suficiente, pero escribirte mil tampoco lo sería. Me temo que nada será suficiente nunca.

Escribo mientras viajo en ferrocarril hacia el norte del país. La enviaré cuando llegue a mi destino.

Voy rumbo a trabajar en los cultivos de algodón en Durango. La cosecha se realiza en otoño ¿sabías eso? He aprendido muchas cosas estos últimos meses.

No sé a dónde iré cuando termine la cosecha. Tendré que ver si me quedo en el norte del país o me voy a otro estado donde el clima no empeore tanto. Seguramente a ti no te gustaría quedarte en el norte en invierno, el frío siempre fue tu peor enemigo.

¿Recuerdas la noche que te escapaste de la hacienda para ir a verme? Llegaste casi muriendo de frío a mi jacal y no pude hacer más que abrazarte hasta que dejaras de temblar.

Se siente infinitamente lejana esa época, aunque en realidad no fue hace tanto. Ni siquiera dos años todavía.

Te extraño. Te amo.

Posdata. Contando cada gota de agua en el mar, cada grano de arena en el desierto...

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H.C., Durango

Mi gran amor.

Me senté en la orilla de una fuente en la Plaza de Armas a escribir esta carta. Desde aquí puedo ver la catedral. Es muy hermosa. Te enviaré una postal para que puedas verla.

Decidí quedarme en Durango al menos hasta que empiece el siguiente año, solo que dejé el campo y me vine a la capital. He estado haciendo trabajos por aquí y por allá, juntando dinero para poder irme.

Hoy es un día muy frío, pero aun se pueden ver algunos niños jugando en las calles, se ven tan divertidos que ni siquiera se dan cuenta del clima. ¿Te das cuenta de que dentro de muy poco habrá un niño o niña corriendo por tu casa?

No te voy a negar que me sorprendió la noticia del embarazo de tu esposa. Sentí un hueco en mi pecho al principio, porque que ella vaya a tener a tu hijo significa que ustedes... No, no seguiré por ese camino. Es tu esposa, tenía que pasar.

Por favor no malinterpretes mis palabras. Estoy feliz por ti, de verdad, sé que serás un gran padre y que tu esposa será una gran madre también. Seguro tu hijo llenará tu casa de alegría.

Los niños que estaban jugando ya se han ido y la tarde está enfriando cada vez más, así que dejaré mi carta hasta aquí. Te amo, eso nunca lo olvides.

Posdata. Contando cada gota de agua en el mar, cada grano de arena en el desierto...




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Holi, volví a publicar esto porque se habían publicado al revés las cosas jajaja, una disculpa.

Posdata [Emiliaco]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora