Carta 29. H.C., Puebla
Mi gran amor.
No hace ni quince minutos que nos separamos en la estación del ferrocarril, y aunque esta carta la enviaré hasta marzo y ni siquiera sé en qué ciudad me encontraré entonces, necesito escribirla desde ahora, antes de que el tiempo emborrone mi sentir.
No soy tan bueno para hablar como lo soy para escribir, y eso lo sabes bien. Por eso mi necesidad de decirte mediante estas letras todas las cosas que no alcancé a expresarte durante los días que estuviste conmigo.
Cuando te vi al otro lado de mi puerta, te juro que mi primer pensamiento fue que había muerto y llegado al cielo por fin, aunque tras un segundo reflexioné que quizá ni siquiera en el cielo podría encontrarme algo tan maravilloso como tú.
La dicha que me provocó el volver a estar entre tus brazos es indescriptible. De mis ruinas lograste levantar una vez más un castillo capaz de sostenerse en pie, y este pliego de papel no me bastará para agradecerte por ello.
Tus besos, tu voz, tus caricias, de algún modo lograron devolverle la paz a mi alma atormentada, y con tus cuidados lograste que volviera a tener fuerza.
Me salvaste la vida al venir.
Te amo infinitamente.
Posdata. Contando cada gota de agua en el mar, cada grano de arena en el desierto...
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Carta 30. H.C., Puebla
Mi amor.
He pensado en volver a Guadalajara, pedirle perdón a Susana por haberme ido de ese modo y comprobar que a ella y al niño les esté yendo bien. Aunque claro, no volvería para quedarme.
Mas no me atrevo, no me siento con la fuerza para hacer tal cosa.
Tu visita a principios de año me ayudo, de verdad no sabes cuánto, y nunca podré agradecerte lo suficiente. Pero siento que, si vuelvo ahora, todo el progreso que he tenido en mejorar mi ánimo y mi salud van a perderse. Y no deseo eso.
Deseo seguir estando fuerte para trabajar, y para algún día poder verte otra vez, esta vez siendo yo quien vaya hasta donde tú estés.
Olvidé mencionarlo en mi carta pasada, pero dile a tu esposa que le estaré eternamente agradecido por haberte apoyado y motivado en hacerme aquella visita.
Te amo con toda la fuerza de mi corazón.
Posdata. Contando cada gota de agua en el mar, cada grano de arena en el desierto...
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Carta 31. H.C., San Luis Potosí
Mi amor.
Me alegra realmente la noticia de que tu segundo hijo está en camino. Quizá debería decir hija, ¿verdad?, según tus palabras es lo que todo mundo les dice que será niña.
Sé que tú y Rosa lo único que deben desear es que nazca con salud, al igual que el pequeño Emilio, que cada vez es menos pequeño, ahora que lo pienso. Yo deseo lo mismo, que la niña o niño que llegue a sus vidas esté bien, y traiga más alegría a su hogar.
Le he seguido dando vueltas a la idea de volver a Guadalajara, y creo que se me ha vuelto una pequeña obsesión. Sin embargo, aún no me decido, sigue siendo solo un pensamiento que ronda con frecuencia por mi mente.
Fue tanta la emoción en tu carta por la venida del bebé, que ni siquiera prestaste atención a nada más, pero ¿podrías aconsejarme al respecto? Realmente lo necesito. Siempre has sido mucho más sabio que yo.
Espero con ansias tu respuesta, y te repito una vez mis felicitaciones por el nuevo bebé. Hazlas llegar a tu esposa también.
Te amo.
Posdata. Contando cada gota de agua en el mar, cada grano de arena en el desierto...
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Carta 32. H.C., Durango
Mi gran amor.
No había necesidad de que te deshicieras en disculpas por haber ignorado el tema de mi regreso a Guadalajara en tu carta anterior. Entiendo que fue por la emoción de la noticia que me estabas dando, y nunca quise que sonara como un reclamo.
Y gracias por tu consejo. Lo valoro muchísimo y creo que sin duda eso es lo que haré, esperar unos meses más, seguir trabajando y cuidándome como hasta ahora, y después volver.
No sabes cómo me reí con la historia de la "novia" de Emilio. Coincido contigo en que es muy joven para estarse preocupando por las cosas del amor, aunque tal como dije en mi carta anterior, cada vez es menos pequeño. Cuando menos lo pienses ya estará en edad de casarse, ¿te imaginas?
Tu hija ya está a solo un par de meses de llegar, y como suenas tan convencido de que será una niña, me has convencido a mí también. ¿Cómo planean llamarla?
¿Y cómo está Emilio con la venida de una hermanita? ¿No será por eso por lo que anda intentando distraerse con "novias"? Recuerdo que cuando era pequeño y mi hermano iba a nacer, me puse chipil, y me la pasaba haciendo berrinches. Es muy raro hablar de esto, de mi familia, pues parecen haber pasado siglos desde que tal cosa existía.
Espero tu carta. Te amo.
Posdata. Contando cada gota de agua en el mar, cada grano de arena en el desierto...
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Posdata [Emiliaco]
RomanceEmilio es un joven de diecisiete años, que está cursando su último semestre de preparatoria mientras se prepara para entrar a la universidad y estudiar lo que le ha apasionado toda la vida: historia. Todo parece bastante simple en su vida, hasta que...