- ¿Entonces tienen un código? - me pregunta Joaquín mientras nos sentamos en una banca que está fuera de los baños más cercanos.
- Sí - le digo mientras saco de mi mochila mi libreta. Arranco la página en la que hice el borrador de los ejercicios, que más bien es una copia hecha un poco a la carrera para Chava. Doblo la hoja en cuatro partes y guardo mi libreta. Ya solo resta esperar a que mi amigo aparezca. - Sé que está mal hacer trampa, pero... - empiezo a justificarme ante Joaquín, ya que por alguna razón siento la necesidad de hacerlo, pero me interrumpe.
- No te estoy criticando - me dice con una sonrisa. - Al contrario, creo que es lindo que hagas esto por tu amigo. - Señala el papel entre mis manos.
No encuentro cómo responderle así que me limito a sonreír.
Dirijo mi vista hacia el frente, esperando ver aparecer a mi amigo, pero a quien veo acercarse es a otra persona.
- Hola, Jens - le digo una vez que llega hacia nosotros.
- Hola, Emilio, hola, Joaco - Hace una seña para que me recorra y le deje espacio en la banca, así que me pego más a Joaquín. Intercambio una mirada rápida con él y veo que luce un poco sorprendido por la aparición de la chica. Jens extiende su mano hacia mí y la miro con duda. - Sé para qué querías a Chava, dame las respuestas - me dice.
- No le digas a la maestra, por favor - le pido. Escondo a mi espalda mi mano con el papel.
- No sé quién me crees. - Suena ligeramente ofendida. - Si le digo te iría peor a ti que a él, y a ti te guardo mucho cariño. Y la verdad a él tampoco quiero afectarlo. - Levanto las cejas al escuchar esto último, y Jens parece adivinar lo que estoy pensando. - No, no, no, no - dice rápidamente. - No - enfatiza una vez más. - Mis sentimientos por él ya están muertos y enterrados. Anduvimos hace años, Emilio, por favor. Ya ni siquiera estoy enojada con él por lo que pasó.
- ¿De verdad?
- De verdad. - Se pone la mano en sobre el corazón y me sonríe. - Dame la hoja - me pide una vez más. - La quiero para mí, no soy una piedra como tu amigo, pero las mates tampoco son lo mío - añade.
- Está bien. - Le extiendo el cuadro de papel, pero no lo suelto todavía. - Pásale aunque sea la mitad de las respuestas, por favor - le digo en tono de súplica. Jens me mira no muy convencida. - Si reprueba esto, la maestra lo va a agarrar de bajada.
- ¿Debería hacer lo que Emi me pide, Joaco? - le pregunta al chico junto a mí. Dile que sí, pienso mientras lo miro fijamente.
Joaquín parece debatirse por un momento. - Bueno, la verdad es que no tengo idea de cómo fue y cómo es la relación entre Chava y tú, pero se ve que eres muy madura y que no vas a dejar que los sentimientos del pasado influyan, Jen, así que creo que sí - le responde con tranquilidad.
Se miran por un instante que parece eterno, y en el que paso mi vista del uno al otro unas diez veces. Jens por fin vuelve sus ojos hacia mí. - Va a sacar seis, te lo prometo. - Suelto la hoja por fin y ella la guarda en la manga de su suéter. - Gracias. - Observa el reloj en su muñeca y se pone de pie. - Ya llevo cinco minutos aquí, me voy antes de que a la maestra se le haga "mucho tiempo para que una señorita esté en el baño" - hace el gesto de comillas con sus dedos e imita la voz de la profesora. - Nos vemos más tarde - se despide de ambos con la mano y se va casi corriendo al salón.
Ni Joaco ni yo decimos ni una palabra hasta que desaparece de nuestra vista.
- Entonces, ¿Jens y Chava fueron novios? - me pregunta.
- Así es. - Me pongo de pie y Joaquín imita mi acción. - Te cuento en lo que caminamos hacia la cafetería, ya solo queda media hora antes de la siguiente clase - le digo mientras le hago una seña para que avancemos.
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Posdata [Emiliaco]
RomanceEmilio es un joven de diecisiete años, que está cursando su último semestre de preparatoria mientras se prepara para entrar a la universidad y estudiar lo que le ha apasionado toda la vida: historia. Todo parece bastante simple en su vida, hasta que...