El Alpha de las tinieblas: El comienzo de un final

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Capítulo 96 

"El rescate: se divide el grupo del Sr. Lobo y Ariana"

Ariana estaba montando el lomo de aquel enorme lobo, el cual ya conocía su identidad humana, por ende, su secreto. Este, anteriormente le había indicado un plan breve de infiltrarse en una pequeña puerta de escape como solían tener aquellas fabricas antiguas. Él intentaría acabar con la mayoría de los guardias que se tropezaran en su camino, no obstante, debía mantener a Ariana alejada de aquel notable peligro.

En un momento, al terminar de rodear la inmensa fábrica de la que ahora, salían gritos de horror a la distancia de una mujer, Adrián se detiene y la muchacha comprendió que era la hora de actuar. 
Se baja y de su mochila, saca un martillo pesado como defensa ante cualquier posible ataque. 

En ese momento, ella lee un curioso cartel que fue pasado de alto por Adrián. 

—Adrián —llama ella —, espere. 

Ella señala aquel cartel y el lobo se acerca. 

En ese preciso instante, al terminar de leer el conjunto de letras formando una frase en ese deteriorado cartel metálico y oxidado, gruñe a la distancia. Ariana presiona con fuerza y ambas manos el mango de su martillo aguardando el latente peligro que se asomaba. Como si ambos tuvieran el mismo instinto presintiendo el riesgo de estar en aquel lugar, escuchan un aullido. 

—¿Qué es... eso? —susurró tragando saliva, sin poder controlar sus latidos desenfrenados por el miedo. 

Adrián se interpuso delante de ella gruñendo con ferocidad. 

La muchacha pudo ver como tres lobos de enormes proporciones, tales como las de su acompañante, corrían con velocidad hasta su dirección. El dichoso Señor Lobo, asi como ella lo apodó al momento de conocerlo, se alejó de Ariana para enfrentar aquellas bestias. Lo que no tuvo en cuenta es que, detrás de esa mujer, estaba un lobo ensangrentado esperando a que estuviera solo.
Cuando Ariana se percata de que un peligro acecha a sus espaldas, retrocede unos pasos intentando mostrarse ingenua y cuando presintió la cercanía de la criatura, le pega con todas sus fuerzas con su martillo a la cabeza para huir corriendo. 

Sin darse cuenta, terminó alejándose definitivamente de Adrián para encontrarse sola huyendo de un enorme lobo que, todo lo contrario de entenderla y no hacerle daño, estaba dispuesto a devorarla. 

—¡Ah! —suspiraba agotada corriendo a toda velocidad sin detenerse, sintiéndose cada vez más exhausta. 

Ni ella sabía dónde estaba, solamente sabía que debía alejarse y perder a ese ser que amenazaba en asesinarla. 
En ese momento, su tobillo se dobla y cae de cara llenándose de barro. Sin importarle su caída y el dolor agonizante que sufría su pie derecho, se levantó y al voltear detras, solamente pudo ver unos ojos grisáceos iluminados bajo la llovizna.

Lamentablemente, al reponerse e intentar correr, cae por un agujero golpeándose la cabeza y quedando inconsciente. 

Adrián, quien había acabado maltrecho ante su combate, pensó en transformarse nuevamente a su forma humana. Se dejó apoyar sobre un tronco de enormes raíces para así respirar un poco de aire. Enseguida, su sentido del olfato no podía distinguir quienes pudieran estar a su alrededor, pero tampoco sentia el dulzón perfume de Ariana. Ella no estaba cerca.