El Alpha de las tinieblas: El comienzo de un final

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Capítulo 83 

"¡Henry Fallengg vuelve al caso!"

NARRA ETHAN

La verdad que estar acostado más de un día es algo no tan bonito que digamos. Me aburro con facilidad si no tengo algo de movimiento, aunque lamentablemente por unos cuantos días no podré sobre exigirme. Luego de mi transformación, las partes más dolorosas que estoy atravesando son la mayoría de los músculos y sobre todo la espalda, hombros y pecho. Sin contar que luego sufrí varias mordidas por parte del atacante.

Estaba mirando la televisión cuando una enfermera se acerca. 

Era momento de desayunar. Traía consigo una bandeja con una taza de cafe con leche, edulcorante y cinco paquetes de azúcar, una cuchara descartable de plástico y sobre una servilleta de papel tres medialunas de manteca. Agradecí porque ya estaba hambriento y me anunció una noticia:

—Abajo tienes visitas —me informa y yo no sabría deducir de quién se trataba —, es una pareja, una muchachita muy animada de cabello colorado y su novio es alto. Tiene cara seria.

Si, con esa descripción sé que se trata de Ariana y Owen.

—¿Ellos pueden pasar? —pregunté entusiasmado por su visita —¿O deben esperar a cierto horario?

—Si a usted no le incomoda pueden acompañarlo mientras desayuna —apunta sonriendo —. Enseguida los guío para que lo visiten.

—Gracias.

Me entusiasma mucho la idea de que se hayan tomado la molestia de venir y visitarme en sorpresa, puesto que no me comunicaron ni me mandaron ningun aviso de que vendrían, lo cual no me desagrada, de hecho me pone muy contento que quieran saber de mi salud y demas. 

Estaba escuchando los pasos acercándose de tres personas; la enfermera responsable de mis cuidados, los pasos de las zapatillas chatas de Ariana y las zapatillas deportivas de Owen. Resonaban en el piso haciendo un eco audible en mis oídos. Ahora escuchaba sus voces, la de Ariana esta por encima de todos. Puedo oler sus perfumes. 

Ellos se asoman e ingresan.

—¡Damian! —exclama Ariana luciendo un vestido rojo a lunares blancos y una campera de cuero, seguramente de Owen.

—¿Cómo te encuentras? —pregunta Owen tomando asiento y su remera estaba casi empapada, como humedecida —Tuvimos que ver a tu novia para que nos diera la dirección de la clínica asi podíamos visitarte.

—Cuando me enteré insistí rotundamente para venir sí o sí —reclama —, y afuera nos está esperando Michael. Le estamos haciendo un "tour" por toda esta ciudad. La fiesta fue un éxito pero lamentamos lo que pasó a la salida.

—Gracias por venir a verme, pero no se tienen que preocupar porque me ando sintiendo mejor, y pronto voy a estar listo para retomar mi puesto laboral.

—¿No sabes cuándo te dan el alta, no? —interpela Owen.

—No, por el momento sé que me andan haciendo algunos estudios a través de tomografías de mi cuerpo —explico.