El Alpha de las tinieblas: El comienzo de un final

93

Capítulo 93

"El rescate: Ariana entra en juego"

NARRADOR OMNISCIENTE

Ariana estaba pagándole al chofer del auto que se dispuso a llevarla hasta cierta dirección, le agradeció que a pesar del horario la haya podido alcanzar y se despidió amablemente. En cuanto pisó un pie fuera del vehículo, su sonrisa dulce desapareció para tragar saliva con fuerzas, asustada. Lucía un pantalón deportivo color gris y un buzo del mismo color haciendo conjunto. Apretaba su pequeña mochila y se dispone a caminar.

Camina las calles de la noche y llega a su destino. 

Estaba atemorizada por lo que iba a hacer, pero su locura tenia una causa: Owen Liu. Ariana con ayuda de una amiga habían rastreado el celular de Owen dándoles la ubicación muy cercana a una pequeña arboleda alejada de la ciudad. El delirio de intentar ver a su pareja una vez más no la ayudó a pensar con claridad y tomó la decisión de ir sola, escabulléndose.  

—Vamos, Ari. Sé valiente, ¿sí? —traga saliva temerosa y comienza su marcha.

Se colocó la capucha enganchada a su buzo para intentar pasar desapercibida y de su mochila, saco un martillo como herramienta de auto defensa.

—Con este look parezco la asesina serial más hermosa de la historia —pronunciaba con su voz temblorosa. 

Ella caminaba y una pequeña llovizna se presentó. Aun así, lo que menos le importaba era mojarse, sino, encontrar a Owen. Daba pasos apresurados pero al mismo tiempo silenciosos, inspeccionaba por dónde estaba caminando, qué pisaba y qué hay delante de ella. Estaba totalmente atenta y observaba a su alrededor. 

Todo marchaba tranquilo hasta que Ariana divisó una fábrica abandonada muy a la distancia.

"¿Y si esa es la guarida?" pensó. Tan distraída se quedó pensando hasta que sus oídos captaron el sonido de algo corriendo no tan distanciado de ella. Presiona el martillo con fuerzas, se oculta atrás de un árbol y observa con detenimiento qué era lo que se acercaba. No esperó mucho tiempo para darse cuenta de qué se trataba cuando miró un lobo. Le llamó la atención que no era normal, sus proporciones eran mucho más enormes que la de un lobo cotidiano. Aquel lobo se detiene hasta casi llegar a la altura de Ariana y a ella no se le ocurrió mejor idea que salir corriendo. 

Su esfuerzo se vio en vano cuando este lobo, saltó encima de ella derribándola. Ariana pensó que ese seria su fin y que no viviría. Cerró sus ojos con fuerzas, esperando sentir una mordida que acabara con su vida o sentir cómo esos enormes dientes terroríficos le hagan sentir un dolor inigualable. Sin embargo, eso no pasó. 
Sintió como este lobo, luego de olfatearla, se alejó de ella para que pueda reincorporarse. Ariana se levanta lentamente sin entender qué es lo que pasaba y aun seguía asustada por el momento. Sus piernas le temblaban tanto para levantarse que lo único que pudo es quedarse arrodillada. Cuando recapacitó un poco, tomó su martillo estremeciéndose hasta alcanzarlo. 

Ariana se da vuelta y ve cómo el lobo está sentado, esperando una respuesta.

—Hola —saluda Ariana con su mano —, mi nombre es Ariana. Dios, debo estar demente, claro que no puedes entenderme —niega con su cabeza y mira al lobo —, ¿puedes entenderme?