El Alpha de las tinieblas: El comienzo de un final

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Capítulo 98

"El rescate: ¡La encapuchada ingresa!"

Damian, estando en su completa transformación animal, recorrió varios kilómetros a los alrededores para dar con el aroma mas cercano a Ariana, aunque eso era imposible, y se encontró con la sorpresa de estar completamente solo. Al escapar disparado en busca de su amiga laboral se encontró estando solo en aquel ambiente peligroso. 

Olfateando sin ningún éxito de encontrar el paradero de su amiga, camina cauteloso de ser visto y evitar un enemigo dada la circunstancia de no estar acompañado. No supo cómo continuar, cómo proseguir su camino y aquella llovizna ahora se transformó en una lluvia que impactaba en su rostro. 

Al caminar sin rumbo ni destino, se encuentra a la lejanía unos hombres vestidos de blanco. Estos eran aproximadamente unos seis y llevaban con ellos enormes palas, martillos y una caja, seguramente de materiales. Damian, decide transformarse en "humano" para luego, escalar un enorme árbol y posarse entre aquellos troncos gruesos y resistentes. Toma la decisión de seguirlos desde las alturas para poder ver a dónde se dirigían. Igualmente, su camino en perseguirlos se detuvo cuando se encontró con un reciente pozo tapado hace unos minutos atrás y eso lo supo porque la lluvia desintegraba la tierra convirtiéndola en barro y dejando a la vista una... ¿puerta de madera? 

NARRA ETHAN

En cuanto pude confirmar que aquellos extraños sujetos desaparecieron de mi campo de visión, salté para bajar del árbol e inspeccionar lo que acabo de encontrar. Temía de los peligros que se ocultaban por debajo pero algo dentro mío me indicaba que aquí debajo encontraría a Ariana y tengo que hacerlo antes de que sea demasiado tarde. Ella podría estar en peligro. No solo ella... Ellie, Owen, incluso Henry. Todas las respuestas pueden estar aquí, precisamente bajo mis pies.

Me agacho para escuchar y no oigo nada debajo. 

Espera.

¿Es... la voz de una mujer? Sí. Escucho la lejana voz melosa de Ariana. Repite el nombre de Owen.

Sin pensarlo más tiempo, arranco aquella madera incrustada con clavos y me posiciono para saltar sin pensar con qué me encontraría allí, cuando me doy cuenta una escalera metálica indicaba que podia usarla pero no tenia tiempo para eso. Enseguida me alivio porque siento muy cerca de mí a mi hermana, Catalina está cerca. Sé que nada se le escapa, y yo nunca seré la excepción.

—¡Cata! —la llamo y sé que podrá escuchar mi voz. 

Mi sonrisa estaba delatándome porque sabía que juntos podríamos ser un gran equipo, no me sentiré tan solo por si se presenta algún peligro y me dará una enorme satisfacción saber que no está sola (aunque es mas probable que a mí me pase algo). 

—¡Cata! —vuelvo a llamar para indicarle que estoy aquí. Mi sonrisa desaparece. 

Es extraño, siento su aroma, el perfume a mandarina de su ropa, el aroma de su sangre reciente. ¿Qué esta pasando con ella? 
Cansado de la agonía que me causa la espera, subo la escalera metálica dejando que la lluvia me empapara todo el rostro, y cuando llego a la superficie, alguien golpea mi nariz haciendo que cayera al suelo del pasadizo subterráneo en un segundo.